viernes, 6 de marzo de 2015

La Peste Parda: El Planeta de los Simios

El Planeta de los Simios

Así reza el título de una mítica película de Franklin Schaffner, en la cual los simios acaban tomando las riendas del planeta Tierra y esclavizando a los humanos. Pero, dejando de lado la ficción, ¿qué ocurriría si los elevadísimos índices de natalidad que se registran en el Tercer Mundo y el cada vez mayor número de población proveniente de zonas deprimidas que emigra hacia países occidentales acabara por convertir a la población autóctona de Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia o Nueva Zelanda en minoritaria? 

Pues que a juzgar por el bajo coeficiente intelectual de los originarios de zonas como Latinoamérica(excepto el Cono Sur, de mayoría blanca), el África subsahariana y la India, donde la superpoblación es un problema gravísimo y acuciante, el mundo civilizado sufriría una involución que le retrotraería al estadio evolutivo de un bosquimano, un guaraní o un paria. 

Aunque seguramente el hombre blanco seguiría teniendo la sartén por el mango, si hacemos caso de las afirmaciones realizadas por el profesor Tatu Vanhanen, que no es ningún pelagatos eurocentrista, sino todo un señor catedrático de Ciencias Políticas en su país natal, Finlandia, así como el papá del primer ministro finés. Aquél asegura que la pobreza endémica que sufren los países africanos se debe a las escasas luces de la población negra, cuyo IQ (que son las siglas en inglés de Cociente Intelectual) oscila entre 60 y 70, más propio, pues, de un niño de 12 años que de un adulto hecho y derecho. 

A este profesor de la Universidad de Tampere lo han puesto de hoja de perejil, como no podía ser de otra forma, y el defensor del pueblo finlandés (un tal Mikko, ¡ejem!) ya ha exigido que se tomen medidas contra Vanhaen por incitación al odio racial.

No obstante, y por mucho que sosracistas, oxfamistas y politicamentecorrectos rebuznen de indignación, lo bien cierto es que África era una región del globo pobre y atrasada con anterioridad a la etapa colonial europea y lo ha seguido siendo también después de la descolonización, a pesar de los miles de millones de dólares que las tribus melanodermas han venido recibiendo del avieso hombre blanco durante cuarenta décadas y que no han servido más que para que los índices de natalidad africanos se hayan disparado, y reducido drásticamente a su vez la mortalidad infantil, con los devastadores efectos que ello conlleva, especialmente para los países receptores de los sobrantes demográficos de África.

 Y eso que el Sida y otras epidemias están evitando que las naciones de Occidente se vean devastadas cual campo castellanoleonés por plaga de topillos.

Si cada pueblo tiene su tonto, la aldea global también tiene los suyos, que son los subsaharianos, latinos e indios, mayormente. Otros países progresan adecuadamente, en Europa aprobamos con nota y los empollones de la clase parecen ser los chinos capuchinos


(Source: lapesteparda.blogspot.com)
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