miércoles, 9 de marzo de 2016

FILOSOFÍA DEL MESTIZAJE



En la “Introducción” a la segunda edición de mi opúsculo Quinientos años de mestizaje, Conquistados y conquistadores (1992), me limito a esbozar sus ideas esenciales, no sin recordar la anécdota que explica su “motivación”: cuando se acercaba la conmemoración de los 500 años de la conquista y colonización de América, en 1992, contaba con la férrea como ingenua convicción, que muchos peruanos provenientes de distintas actividades o disciplinas, opinarían por todos los medios habidos y desde todos los puntos de vista, respecto al significado de tan decisivo acontecimiento histórico. Pero no fue así. 
Sólo dos paisanos tocaron el asunto públicamente y por escrito: el mestizaje, la colonia, el indigenismo, los conquistadores, la Leyenda Negra, el resentimiento, el Inca Garcilaso (de quien Cesar Delgado Díaz del Olmo se ocupó en un libro muy original). Como siempre, no hubo más de dos comentarios y casi cero polémica. Y de nuevo el silencio. ¿Para qué hurgar en el pasado si ya lo conocemos y ya pasó? Eso es lo que creen muchos ingenuos. Pero ni lo conocemos, ni pasó, como se sostiene en este reeditado texto.
En él se pretende utilizar algunos instrumentos atípicos (psicoanálisis, marxismo, filosofía contemporánea, crítica literaria reciente, por ejemplo) para intentar reconstruir fragmentariamente la historia de la conquista, desde un nuevo punto de vista. La referencia crítica esencial es la serena visión de Jorge Basadre Grohmann respecto a la “Leyenda negra” sobre la conquista y los conquistadores (costal de horribles defectos sin ninguna virtú y sí con mucho apetito de fortuna).



Los peruanos de hoy no somos conquistados ni conquistadores, ni españoles ni incas, sino herederos con propia identidad, producto de ese hecho mundial —que inauguró la modernidad ligado al Renacimiento— y del “connubio histórico” hispano indígena, como lo llamó Porras Barrenechea, que dio origen al Perú y a lo peruano, que no existen antes de ese “connubio”. Y que recién cumplen 500 años el 2032.
Siendo el Perú un producto de la conquista y habiendo impuesto el conquistador su religión, su moral, su lengua, su estructura mental, sus costumbres, su derecho, etc, nuestro mestizaje no puede ser sino predominantemente hispano u occidental; justamente por la religión (católica), la moral (cristiana), la lengua (europea), la estructura mental (greco latina) el Derecho (romano), que son ingredientes esenciales para determinar la pertenencia o no pertenencia cultural y, en este caso, todas son occidentales. La sangre y la etnia no son criterios culturales, aunque sean inseparables de estos. Son irrelevantes para definir a qué cultura pertenece un individuo o comunidad, es decir, para determinar su identidad. Es un criterio racista. Lo que importa es el espíritu. Michael Jordan o DenzelWhashington son tan occidentales como Bill Clinton.
Y del doble problema de identidad sale otro de los temas clave aquí considerados: el resentimiento. La leyenda negra, más que la realidad histórica, ha contribuido al rechazo espasmódico e irracional a lo hispano, es decir, a lo que somos básicamente nosotros mismos. Pero además de la enajenación anti hispana, también padecemos de un sentimiento de inferioridad por lo andino, el otro ingrediente de nuestro mestizaje esencial, tanto que “cholo” o “indio”, aún usados con cariño, tienen una profunda carga peyorativa entre nosotros.


(Source: legisprudencia.pe)
votar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario