LOS CINCO SENTIDOS Y EL LENGUAJE.
Sólo diremos algo sobre el oído y el lenguaje.
Cada animal percibe un distinto nivel de sonidos, especialmente las frecuencias que son las más convenientes para que su vida se desarrolle y pueda reproducirse exitosamente para conservar la especie. Entre esas frecuencias audibles, en cada especie, el instinto selecciona aquellos sonidos que tienen para el animal un significado concreto, esto es, que provocan en él una respuesta para satisfacer alguna de sus necesidades. Del mismo modo, cada especie animal tiene un modo peculiar de emitir sonidos y, la mayoría de ellos, los utiliza para comunicarse. Generalmente el número de sonidos distintos con significado que un animal puede emitir, son muy reducidos, por ejemplo, vamos a resumir la forma que tienen de avisarse del peligro los monos verdes de la sabana africana:
“Estos monos emiten tres tipos de gritos de alarma distintos, según se acerque una serpiente, un leopardo o un águila, y el comportamiento del resto del clan es consecuente con el grito de alarma escuchado; si se acerca una serpiente, se plantan erguidos, otean la hierba a su alrededor, y según sea la serpiente, la atacan entre todos o salen corriendo al árbol más próximo; si el grito es porque viene un leopardo, todos corren hacia el árbol más cercano sin mirar siquiera al leopardo; y si el grito significa que viene un águila, miran al cielo y después salen corriendo a esconderse debajo de los arbustos. Dorothy Cheney y Robert Seyfarth, de la universidad de Pensilvania, que han estudiado a estos monos durante más de una década, pudieron observar en alguna ocasión, que el águila fue descubierta por un momo vigilante, cuando ya estaba en su vuelo en picado para atrapar a uno de ellos, y el grito no fue el normal de “viene un águila”, sino que gritaron con el grito que delata la presencia de un leopardo, así que el mono en peligro, corrió hacia un árbol, y escapó del águila. Si hubiesen dado el grito de viene un águila, la posible presa, hubiese mirado hacia el cielo, desperdiciando unos segundos decisivos.
Hay un detalle en esa interpretación que podría ponerse en duda: es el observador el que supone que el grito del mono quiere decir viene un leopardo, más bien ese grito en concreto, ocasiona una respuesta inmediata de correr y trepar a los árboles; el mono guardián de ese caso comentado, usó su potencia estimativa para según el peligro percibido, emitir uno de los tres gritos de alarma posibles. No sabemos si esa respuesta es instintiva o aprendida.