viernes, 6 de octubre de 2017

En defensa de la eugenesia (VIII): La disgenesia


a disgenesia es el opuesto a la eugenesia, si esta última es el nacimiento de los mejores, la primera es entonces el aumento sin control de los genes deficientes, es obvio que el mundo en el que vivimos es un sistema disgenesico que ha dado como resultado el incremento de las enfermedades, de las mutaciones genéticas y de un tipo de hombre insano.
 
En el tercer apartado (Locos, enfermos y degenerados sexuales) vimos como el sistema disgenesico ha permitido la aparición de una criatura insensible y enferma, un tipo de hombre que se ha multiplicado en una civilización sobrepoblada de seres disgenesicos.
 
Nos debemos de preguntar ¿En qué momento comenzó la decadencia del hombre? Muchos culpan a la radiación, la comida basura, la televisión, el modo de vida moderno pero todos estos males tienen su origen seis milenios atrás cuando el hombre cambio la lanza por el grano. El sistema disgenesico tuvo su origen en la agricultura, cuando el hombre primitivo se volvió sedentario, cuando comenzó a talar los árboles para sembrar sus campos, cuando el cazador y el luchador se hicieron siervos del agricultor.
 
La historia bíblica de Esaú (el cazador) y Jacob (el agricultor) es una metáfora entre el conflicto entre el mundo eugenésico, cazador y libre contra el mundo disgenesico, agricultor y esclavo.
 
El hombre cambio su dieta basada en la carne por los cereales y los almidones que terminaron por hacerlo una criatura obesa, sedentaria y comenzaron a provocarle daños a la salud con los cuales hoy en día carga.
 
El ascenso de los almidones, los cereales y los granos son el origen de la comida basura de hoy en día y son la base alimenticia de la civilización moderna.
 
En las últimas décadas el Sistema ha organizado una campaña negativa contra la industria de la carne, hasta la década de los años cincuenta la dieta del hombre occidental se basaba en la carne, un desayuno tradicional eran unos huevos estrellados con tocino y jugo de naranja, una comida completa eran unas chuletas de cerdo, una carne asada con cerveza, salchicha asada con puré de papa. En la actualidad el consumo de carne y cerveza esta satanizado por la industria alimenticia y los medios, en cambio la industria agraria ha adquirido un ascenso a costa de la salud humana.
 
El desayuno de hoy en día es un plato de cereal dietético, con un pedazo de pan y yogurt bajo en grasas, el almuerzo son las ultimas recetas “saludables” de las revistas de moda que consumen mujeres histéricas obsesionadas con su figura.
 
El otro lado es la comida rápida de lugares como Burger King o McDonalds con una carne mal procesada, caducada que hace una combinación entre féculas y proteínas que acompañan con coca-cola light (para cuidar la figura eso sí) o cualquier refresco en dulcificante producen un malestar en el estómago dando así como resultado enfermedades como el cáncer, provocando náuseas y vómitos. En definitiva la civilización de este siglo no sabe comer bien.
 
La mala fermentación de las féculas produce alergias, hinchazones, retención de líquidos, acné, gases entre muchos otros males, en el hombre de esta época estos males se han multiplicado enormemente, son males de esta sociedad mecanizada que los médicos no han podido encontrar un origen cierto pero que tienen origen en el consumo excesivo de los cereales y azucares.
 
El consumo excesivo de cereales es producto de una socied
ad sobrepoblada, en donde la obesidad es una norma y enferma, el consumo de almidones y féculas ha provocado enfermedades como el cáncer y la osteoporosis, huesos frágiles, daños a la salud y deformaciones físicas.
 
El libro de John Reid “El tao de la salud, el sexo y la vida larga” señala en un capitulo que la degeneración de la dieta humana vino con la agricultura y el consumo de cereales. No se equivocaba.
Claro que la industria de los cereales no quieren un beneficio a la salud, sino un beneficio para sus bolsillos.
 
El resultado de esta mala alimentación ha sido la esterilidad, la baja calidad del semen, la obesidad y los infartos. El mundo de la disgenesia.

Una revolución eugenésica vendría complementado de una revolución alimenticia, todos los males de la salud humana de los que he hablado en estos artículos vienen por una mala alimentación. Sería volver a la dieta basada en la carne, en las frutas y vegetales, en la mantequilla y en la miel pero desgraciadamente implementar esta dieta en este siglo sobrepoblado sería una catástrofe ecológica.
 
El sistema disgenesico ha logrado un mundo sobrepoblado por seres insalubres, débiles física y mentalmente. El aumento de una masa humana con una calidad genética nula es un hecho que se sigue multiplicando sin cesar.
 
Actualmente con la pésima alimentación que tiene el hombre occidental ha desarrollado una baja en la calidad de su semen, no tiene hijos de buena calidad genética y en muchos casos ha crecido su infertilidad.
 
La mujer occidental ha desarrollado infertilidad, abortos espontáneos y las mujeres fértiles están sometidas día y noche a una campaña mediática para hacerse abortos.
 
Los niños que nacen ahora en este mundo disgenesico padecen deformidades físicas, debilidades en los huesos, atrofias musculares y enfermedades tanto genéticas como mentales sin que los médicos encuentren un origen en común.
 
En las escuelas y en los parques los niños han desarrollado una insensibilidad ante los animales, tenemos niños obesos y mimados, enfermizos ante un simple resfriado y con problemas del corazón a temprana edad. Claro niños sentados en el sofá todo el día viendo televisión y jugando videojuegos con un plato de papas desarrollaran estas enfermedades, es más que obvio.
 
Esta insensibilidad ante los animales no se debe a ver anime o a jugar con pistolas de juguete si no a deficiencias genéticas, a desequilibrios emocionales y mutaciones genéticas producto de padres con una mala alimentación y una mala calidad genética.
 
La pésima alimentación junto con una vida sin propósito son las claves para entender la disgenesia y baja calidad genética de la especie humana.
 
No me extraña entonces que la eugenesia sea una ciencia estigmatizada y perseguida en este mundo, la eugenesia es una oposición al estilo de vida moderno, a la disgenesia y a la mala alimentación. El propósito de la eugenesia es una mejor especie, mientras que el de la disgenesia es una especie insana creyente de una falsa libertad.
 
Creo que el principio de una revolución eugenésica es empezar por nuestros estómagos, comer un buen pedazo de carne con vino tinto, enseñarles a nuestros hijos a tener una buena alimentación y difundir las ideas de una dieta basada en los principios naturales y no en principios artificiales. Tal vez de esa manera encontrar el camino hacia la regeneración de nuestra especie.
 
¿Podrá la humanidad sobrevivir a la disgenesia? La humanidad siempre ha encontrado la manera de sobrevivir, esa es una de sus grandes cualidades, esperemos que así sea y que el consumo indiscriminado de cereales quede como un error del pasado.
 
 
 
 
 
 
(Source:  imaginacionalpoder77.blogspot.com)
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