miércoles, 8 de junio de 2016

El duelo es diferente entre quienes cuidan a pacientes de Alzheimer



na nueva investigación de la Universidad de Michigan revela las diferencias raciales y étnicas en las actitudes emocionales de las personas que cuidan a pacientes con el mal de Alzheimer.

James McNally, del Consorcio Interuniversitario para la Investigación Política y Social, que forma parte del Instituto de Investigación Social (ISR por su sigla en inglés) de la UM, encontró variaciones significativas en las reacciones emocionales de negros, blancos e hispanos tanto hacia el cuidado de los pacientes con Alzheimer como al duelo tras su muerte. McNally presentó su invetigación durante una reunión de la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer sobre el Mal de Alzheimer en Honolulu.

Las conclusiones podrían conducir a mejorías en los servicios de apoyo para las personas que cuidan a pacientes con Alzheimer.

“Para quienes cuidan a un miembro de la familia afectado por el mal de Alzheimer el proceso de duelo a menudo comienza mucho antes de la muerte física de se familiar”, dijo McNally. “Estos resultados mejoran el enfoque de algunas respuestas sociales y culturales distintivas hacia el proceso de duelo, y ayudan a aumentar nuestra comprensión de los costos emocionales del mal de Alzheimer. Esta comprensión puede ayudar en la conformación y mejoramiento de recursos con competencia cultural que asistan a las personas que brindan cuidado no sólo a través de todas las etapas de la enfermedad de su ser querido, sino también a encontrar una resolución saludable al duelo”.

Ha habido una considerable investigación acerca de cómo las respuestas a la muerte por Alzheimer varían de acuerdo con el género de la persona que brindaba cuidados y con la relación habida con la persona que recibía el cuidado. La investigación de McNally examinó datos del proyecto Recursos para Fomentar la Salud de las Personas que Cuidan a pacientes con Alzheimer (REACH por su sigla en inglés), encabezado por Richard Schulz, del Instituto de Envejecimiento en la Universidad de Pittsburgh.


El Componente de Duelo de REACH estudió a más de 600 personas que daban cuidado en tres grupos raciales o étnicos: negros, blancos e hispanos. McNally encontró diferencias marcadas en estos grupos en numerosas medidas, incluidas las expresiones de congoja, enojo y aceptación emocional.

Por ejemplo los blancos y los hispanos son tres veces más propensos que los negros a dar cuenta de un sentido de alivio emocional tras la muerte de la persona que sufría el mal de Alzheimer.

McNally dijo que esto corresponde con la investigación existente según la cual los negros tienen en sus vidas más componentes estresantes que los otros grupos raciales. En tanto que blancos e hispanos tienden a encontrar cierto sentido de alivio después que terminan sus deberes de brindar cuidado, los negros no tienen tal alivio.
“Los negros no tienen descanso”, dijo.


McNally enfatizó que su investigación no predice reacciones individuales algunas al mal de Alzheimer, sino que más bien presenta tendencias de mayor magnitud.

Otras conclusiones del estudio muestran que los blancos son dos veces más propensos que los negros y los hispanos a dar cuenta de la aceptación emocional de la muerte.


Asimismo los hispanos que han estado cuidando de pacientes son un 50 por ciento menos propensos que los negros a dar cuenta de sentimientos de ira hacia el difunto. Pero los blancos que han brindado cuidados son dos veces más propensos que los otros dos grupos a dar cuenta de su ira.

McNally dijo que la ausencia de ira entre los hispanos y suidificultad para aceptar la pérdida del ser querido apunta a la estrecha red de apoyo que a menudo se encuentra en las familias hispanas.


“Estas conclusiones son bastante coherentes con la investigación existente acerca del apoyo familiar”, añadió.
Los factores tales como la relación con el paciente de Alzheimer, la salud física y emocional de la persona que brinda el cuidado, y los antecedentes sociodemográficos también moderaron esas diferencias, pero las variaciones igual existen entre grupos étnicos y raciales.

Estos resultados pueden incorporarse a los servicios de apoyo que se ofrecen a las personas que cuidan a pacientes con el mal de Alzheimer, dijo McNally. Por ejemplo, es posible que los negros necesiten encarar los otros factores estresantes que hay en sus vidas, mientras que los hispanos podrían necesitar un enfoque de los aspectos de separación con el difunto.

“Si uno está pensando acerca de los servicios de apoyo, uno trata de encararlos de maneras diferentes”, dijo McNally.
El estudio REACH se estableció en 1995 mediante una donación multi institucional de los Institutos Nacionales del Envejecimiento. Los datos se recolectaron en seis instituciones: la Universidad de Alabama, en Birmigham; el Instituto de Investigación y Capacitación del Centro Hebreo de
Rehabilitación para Ancianos en Boston; la Universidad de Tennessee, en Memphis; la Universidad de Miami; el Sistema de Cuidado de la Salud de Asuntos de Veteranos en Palo Alto y la Universidad Stanford; y la Universidad Thomas Jefferson en Philadelphia.

Entre 2001 y 2004 se completó una segunda tanda, REACH II.

La investigación de McNally usó los datos de REACH II para incluir a las personas que brindaron cuidado y han sido observadas por un período más largo, y para tener acceso específicamente a los datos sobre el duelo.





(Source: espanol.umich.edu)
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