jueves, 30 de junio de 2016

La cirugía que embellece, proporción y balance facial



odos hemos  conocido las virtudes de la cirugía plástica facial para  frenar el paso de los años, y rejuvenecer aquellos rostros afectados por el  avance del tiempo, pero poco se habla, de  las virtudes de la cirugía plástica para embellecer el rostro, cuando existen deformidades o desproporciones que afean el aspecto de la cara. 

Existen unos parámetros que fueron estudiados en su  tiempo por Leonardo da Vinci, que nos permiten analizar las proporciones faciales y el balance  existente entre los  componentes de la cara, los cuales además de tener una forma agradable, deben mantener entre ellos una proporción. 

Esto da una sensación de armonía, que permite que personas con una nariz no muy bonita, se puedan ver  atractivos, mientras que personas con narices  hermosas, en conjunto no luzcan igual.

LA ESTÉTICA FACIAL EN LA HISTORIA

Aunque no  existe una estética facial ideal, ya que las ideas sobre estética pueden tener variaciones   socioculturales, se considera  que unos rasgos son estéticos cuando son armónicos y proporcionados y en general los  patrones de proporcionalidad han variado muy poco desde que fueron estudiados por los antiguos pensadores Griegos.

Tenemos muy poca información sobre  los ideales de belleza facial de las  culturas  prehistóricas. Las primeras referencias a la belleza las observamos en la cultura Egipcia. Éstos, en un principio estudiaron el cuerpo humano buscando medidas que les permitieran dividir la tierra de manera exacta a partir del hombre, hasta encontrar que  un cuerpo humano medía lo mismo de alto que de ancho con los brazos extendidos y que el ombligo establecía el punto de división  en su altura.

 Con respecto a la cara, en esta época se consideraban estéticas las caras redondas y anchas, con frentes inclinadas, ojos prominentes, narices de contornos suaves, labios gruesos-prominentes y un mentón suave pero marcado.  El continuo tránsito de diferentes culturas a través del Nilo originó una mezcla de razas que dio origen a un cambio en los patrones estéticos. La legendaria  reina Nefertiti representa este cambio estético, con su perfil facial, sus rasgos equilibrados y su mandíbula bien desarrollada. 

El sentido de la proporción artística pasó  de Egipto a Grecia y posteriormente a Roma. En el pensamiento Griego, la proporcionalidad tenía una importancia fundamental que se expresaba en todos los elementos de la naturaleza, en el hombre, en sus construcciones, y en su relación con lo divino. Los filósofos Griegos son quienes introducen el concepto de Estética  y lo aplican al estudio de las razones por las que la persona o el objeto resultaban bellos o agradables a la vista. 

Platón en el siglo cuarto antes de Cristo  fue probablemente  el pensador que mas meditó sobre la proporción y la armonía. En esa misma época, Fidias, el más genial escultor de la antigüedad clásica describió el número Phi = 1.61803, llamado también número Áureo, que describe numéricamente las proporciones que guardan entre sí las partes de nuestro cuerpo. 

A través de la escultura, los Griegos inmortalizaron la imagen de un rostro  ovalado, que se afina ligeramente hacia el mentón y descubre una frente prominente, amplia y despejada, con un surco mento-labial bien marcado y un mentón lleno y convexo. Se consideraba una nariz perfecta, aquella que fuera recta, dejando una pequeña concavidad en su unión con la frente. El labio superior debía ser curvado, y el inferior  ligeramente más sobresaliente que el superior.

Dos siglos después, Vitrubio (Marcus Vitrubius Pollio),  descubrió que el hombre de pie y con los brazos extendidos, puede inscribirse en un cuadrado, y si separa las piernas puede inscribirse dentro de un círculo.

En la Edad Media predominó la supresión de la belleza física, realzándose más bien la belleza espiritual. En muchas representaciones de la época, se evidencian rostros con bocas y dientes  pequeños,  y labios finos, perdiéndose la sensualidad que proporciona la prominencia de la boca y el relieve del mentón.

Durante el renacimiento, sin embargo, se recuperaron los patrones  del clasicismo Griego y Romano, cuya influencia perdura hasta nuestros días. Uno de los más grandes estudiosos de las proporciones del cuerpo y la cara y su relación con la belleza humana fue Leonardo da Vinci, quien describió unas líneas que al ser trazadas imaginariamente sobre  la cara, la dividen en partes iguales, y permiten estudiar la proporción de sus partes.

  1. La cara se puede dividir en tres partes iguales. La longitud de la nariz es igual a la longitud de la oreja. La distancia de la nariz a  la boca es un tercio de la distancia de la nariz al mentón.

  1. La cara puede dividirse verticalmente en cuatro partes. El ancho de la nariz es igual al  ancho de los ojos.

  1. Una línea trazada de la punta de la nariz al mentón, debe pasar a 2mm del labio superior. El labio inferior debe estar igual o levemente menos proyectado que el superior.

¿QUÉ DEBO HACER PARA SER MÁS BELLA?

Hoy en día contamos con el auxilio de la Cirugía Plástica y Maxilofacial, la Ortodoncia y la odontología estética, las cuales son herramientas valiosas, que nos permiten corregir  la mayoría de los defectos faciales.

RINOPLASTIA
Definitivamente la rinoplastia no sólo corrige  defectos en el funcionamiento y en la forma de la nariz, a nivel del dorso (giba o joroba, dorso poco definido o poco elevado) punta (poco definida, muy  redondeada o caída) o  columela (parte que une la punta con el labio superior y se encuentra entre los dos orificios nasales). 

La rinoplastia a su vez, corrige defectos del tamaño (narices muy pequeñas o muy grandes con respecto al resto de la cara)  o del ancho de la misma (ya sea a nivel del dorso o de los orificios).

MENTOPLASTIA
La cirugía del mentón puede reformar el tamaño de éste con el fin de obtener una armonía en las proporciones faciales modificando la forma o la proyección del  mismo. Muchas veces se combina con la cirugía nasal para corregir defectos en la forma de la cara. Una nariz que parece ser muy grande o muy proyectada, muchas veces  se ve acentuada por la presencia de un mentón muy pequeño o  retraído, y el aumento de éste (ya sea con prótesis o con movilización del hueso) logra mejorar la forma de la cara. 

Cuando sólo se requiere un grado ligero de aumento del mentón, se realiza una incisión  dentro de la boca a lo largo del surco inferior, para tener acceso al hueso del mentón.  Se crea una cavidad en la parte anterior del mismo y debajo de los músculos para insertar una prótesis o  implante del tamaño y forma adecuados. En caso  que se necesite un aumento mayor, se realiza la misma incisión y se realiza un corte a nivel del hueso a través de la mandíbula . La porción anterior del hueso separado se mueve hacia adelante hasta la posición deseada y se fija allí con alambre o se inserta con placas de titanio.

CIRUGÍA DE LOS PÓMULOS
Algunas personas presentan pómulos muy prominentes, o ausencia de los mismos. En ambos casos la cirugía  permite modificarlos, para crear una forma más armónica. En el primer caso, se pueden realizar fracturas, o moldear partes del hueso, permitiéndonos darles una forma más armónica. En el caso en que  haya una ausencia de unos pómulos adecuados, se pueden colocar implantes o prótesis, utilizando una técnica y materiales similares a los utilizados en la mentoplastia

CIRUGÍA  DE LOS MAXILARES
Muchas veces, la forma de la cara se ve afectada por una prominencia exagerada de los maxilares en su conjunto o de uno de ellos (el maxilar superior, o el maxilar inferior o mandíbula). En este caso la cirugía permite modificar la forma y posición de  los mismos para mejorar el perfil facial  y simultáneamente  lograr una adecuada oclusión (relación existente entre los dientes, cuando cerramos la boca dental), la cual en estos casos se encuentra  frecuentemente afectada.  A grandes rasgos, se considera normal o adecuada cuando los dientes inferiores se encuentran por detrás de los superiores, y los molares superiores, ligeramente por fuera de los inferiores.  

El prognatismo es una protrusión exagerada de la mandíbula que produce trastornos severos de la oclusión, colocando a los  dientes inferiores por delante de los superiores,  deformando la cara y generando un aumento de la altura del tercio inferior junto con  una proyección exagerada del mentón. Esta deformidad es corregida haciendo una sección del hueso de la mandíbula y fijándolo en  su nueva posición con alambres o tornillos. Frecuentemente este procedimiento debe acompañarse de un tratamiento de ortodoncia.

Hay otros pacientes en los cuales el mentón está muy retraído y la mandíbula es muy pequeña, dejando un espacio entre los incisivos inferiores y superiores lo cual afecta enormemente  la  masticación, así como también la estética facial. Existen varios procedimientos quirúrgicos que permiten tratar este defecto, que  normalmente, se acompaña también de  ortodoncia.

En aquellos pacientes que quieren definir mejor el ángulo de la mandíbula, se pueden colocar prótesis similares a las utilizadas en el mentón, pero que van colocadas justo donde la parte horizontal de la mandíbula, cambia de dirección haciéndose vertical. Esto permite corregir aquellas caras que se ven muy  triangulares, y hacerlas más ovaladas o más cuadradas, dependiendo de las necesidades de cada caso.

ORTODONCIA
Algunas veces,  pequeños problemas en la oclusión dental, pueden hacer que  el tercio inferior de la cara se vea demasiado alto o muy  pequeño. En esos casos, la  ortodoncia, al corregir el problema oclusal, permite mejorar  también el perfil facial, y simultáneamente mejorar el aspecto de la sonrisa, el cual es considerado hoy día como un icono fundamental en la belleza. Además, como hemos descrito  antes, cuando los defectos faciales son mayores y ameritan cirugía, la ortodoncia  constituye un complemento importantísimo de la misma.

HOY POR HOY

Todos estos conocimientos son válidos como guías, sin embargo las sociedades actuales en general son multirraciales, razón por la cual  actualmente se imponen nuevos modelos faciales y diferentes modelos de belleza. A la hora de evaluar una cara, es necesario tomar en cuenta  que las normas de estética facial varían especialmente en los  diferentes grupos étnicos y raciales, así como con la edad o el sexo del individuo.

En la  época actual hay una tendencia  a considerar  bello aquel rostro  que presente una forma ligeramente convexa en su perfil  y ovalada en su visión frontal, con pómulos y mentón marcados, labios prominentes y entreabiertos, y dentadura grande y vistosa. 





(Source: claudio-colombo.com)
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