La alarma global generada por la aparición del coronavirus Covid-19 en China y su expansión a más de una decena de países, ha tenido efectos más allá de la lucha por contenerlo. El miedo ante el mortal brote y los prejuicios han despertado actitudes discriminatorias hacia la población asiática.
La sensación de alarma no rebaja, menos con decisiones radicales de algunos países que quieren evitar a toda costa que el virus traspase sus fronteras. Es el caso de Rusia, que decidió suspender la entrada de ciudadanos chinos a su territorio a partir de este 20 de febrero. La prohibición es total y cobija las visitas con fines laborales, privados, educativos y turísticos.
Justo este jueves, residentes de una ciudad ucraniana protestaron por la llegada de un avión que transportaba evacuados de la provincia china de Hubei por temor a que se contagiaran con el coronavirus. Los manifestantes del municipio de Novi Sanzhary bloquearon la carretera que conduce al hospital, donde los pacientes deberán permanecer en cuarentena durante al menos dos semanas para asegurarse de que no son portadores del virus.
La protesta hizo que el presidente Volodymyr Zelensky emitiera una declaración en la que aseguraba a los ucranianos que no había ningún peligro y que las autoridades habían hecho todo lo posible para asegurarse de que el virus no se propagara en Ucrania.
"Pero hay otro peligro que me gustaría mencionar. El peligro de olvidar que todos somos humanos que y todos somos ucranianos", resaltó el mandatario. Añadió que los intentos de bloquear las rutas, los hospitales y de no permitir que los ciudadanos ucranianos entren al país "no muestra el mejor lado de nuestro carácter. Especialmente si se considera que la mayoría de los pasajeros son personas menores de 30 años". Dentro de los evacuados hay 45 ucranianos y 27 nacionales de España, Argentina, República Dominicana, Ecuador, Costa Rica, Panamá, Noruega, Israel, Bielorrusia y Montenegro.
En otra latitud, en Hong Kong, miles de médicos y enfermeras salieron el pasado 3 de febrero a las calles para exigir el cierre inmediato de la frontera que comparte ese territorio con China continental para reducir la propagación del virus. Cerca de 2.400 personas de las 18.000 que trabajan en el sistema sanitario participaron en la marcha.
Chistes y mensajes de odio en las redes sociales han generado contracampañas para mitigar el racismo
No solo las manifestaciones han demostrado el temor o el prejuicio hacia los chinos. Durante las últimas semanas han proliferado en redes sociales mensajes de odio hacia los asiáticos, a los que se les identifica como transmisores del virus. Los mensajes han ido acompañados de reclamos para que sus respectivos gobiernos blinden sus fronteras a los nacionales de China.
Ante esta situación, miembros de la comunidad china en España pusieron en marcha la campaña 'no soy un virus' con el objetivo de prevenir las actitudes xenófobas o los posibles prejuicios hacia sus compatriotas a raíz de la expansión del coronavirus.
Ante los actos de racismo que nos viene encima estamos replicando campañas que se están llevando fuera de España. La enfermedad no entiende de razas ni nacionalidades. #NoSoyUnVirus es la campaña que estamos lanzando para combatir la desinformación sobre el #Coronavirus.
1.115 personas están hablando de esto
En Francia, la comunidad asiática creó el hashtag #JeNeSuisPasUnVirus para resaltar las situaciones que los asiáticos experimentan en su día a día. Linh-Lan Dao, periodista de la televisión pública francesa, denunció la situación a través de su cuenta de Twitter. Escribió que insultan a la gente en el transporte público simplemente por el hecho de ser asiático. "No solo son chistes/odio en las redes sociales, la discriminación se produce en la vida real", expuso.
Oui oui. Des gens se font insulter et expulser des transports parce qu'ils sont Asiatiques. Y a pas que les blagues/ de la haine sur les réseaux sociaux. La discrimination se passe aussi dans la vraie vie #coronavirus #JeNeSuisPasUnVirus twitter.com/Adam_hk16/stat …
134 personas están hablando de esto
Por su parte, la ONU también envió un mensaje para frenar los ataques: "La alarma por el coronavirus es comprensible. Pero el miedo no puede justificar los prejuicios y la discriminación contra la comunidad asiática. Luchemos contra el racismo, acabemos con el odio y apoyémonos en esta emergencia de salud global".
Los medios de comunicación, también en la mira por mensajes racista
En Francia, el periódico 'Courrier Picard' publicó en su portada del 26 de enero una historia sobre el brote de coronavirus con el titular "Alerta amarilla". El periódico fue criticado en Twitter por "racismo desinhibido" al cruzar "una línea" con su titular. El medio se disculpó diciendo que no había querido utilizar algunos de los peores estereotipos asiáticos y dijo que tendrán el doble de cuidado en el futuro.
En Alemania, la revista 'Der Spiegel' se enfrentó a críticas similares después de publicar una portada sobre el coronavirus presentando a un hombre asiático que llevaba un traje protector y un tapabocas, y miraba su teléfono. El titular decía "Hecho en China - Cuando la globalización se convierte en un peligro límite". Frente a la portada, la embajada china en Berlín escribió en su página web que: "Publicar esa imagen no hace nada para el brote, solo causa pánico e incluso discriminación radical".
El pasado 3 de febrero, el 'Wall Street Journal' publicó un artículo de opinión sobre la respuesta del Ejecutivo chino a la epidemia del coronavirus titulado "China, el verdadero enfermo de Asia". La publicación levantó gran indignación entre el pueblo chino porque la expresión "el enfermo de Asia" se utilizó de forma despectiva a finales del siglo XIX y principios del XX para referirse a China, castigada entonces por divisiones internas e intentos de colonización de las potencias occidentales.
Geng Shuang, vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, pidió al medio estadounidense que reconociera su error y que pidiera disculpas públicamente. No obstante, el jefe adjunto de la corresponsalía, Josh Chin, el reportero Chao Deng, de nacionalidad estadounidense, y el reportero Philip Wen, australiano, fueron expulsados del país en represalia por el artículo.
A la emergencia de salud global que genera el Covid-19, que ya deja más de 2.100 personas muertas y 74.000 infectados, se suma ahora la lucha contra el racismo, los prejuicios y la desinformación.
(Source: france24.com)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario