Los primeros afros llegaron al Perú en 1532, junto a los españoles. Estos primeros grupos eran naturales de Guinea, Angola, Biafra y Congo. Les acompañaban algunos mulatos nacidos en España.
La mayoría de ellos habían sido comprados a traficantes portugueses, mientras que una minoría a los mismos africanos que vendían prisioneros de guerra en calidad de esclavos.
Los barcos que traían esclavos al Perú partían principalmente de Luanda y Cacheu, y entraban por los puertos de Veracruz, Panamá y Cartagena de Indias, de allí las caravanas partían hacían el Pacífico y se embarcan hacía el puerto de El Callao. Del Callao partían hacia la Ciudad de Los Reyes dónde eran vendidos en la plaza y en consecuencia destribuidos por toda la extención del Virreinato del Perú.
“Los protocolos notariales y libros parroquiales el siglo XVIII permiten identificar numeroso grupos de africanos que declararon provenir de Guinea, Santo Tome y la zona Bantú. De Guinea procedieron los llamados cabo verde, guineos, cazangas, bagnoum, balantas, folupos, biohos, zapes, cocolies, mandingas, y gelofes. De Santo Tome eran los denominados branes, gandjas, minas, popos o araras, terranovos y lucumies o yorubas y los carabalíes. La zona Bantú se extendió hacia el sur y el centro de África, de alli provinieron los nombres de biafras o fan, anchicos o baketes, mozangas, angus, luandas y mozambiques”. (Arrelucea, 2015)
Referencia:
.- La presencia afrodescendiente en el Perú: siglos XVI-XX, Maribel Arrelucea y Jesús Cosamalón (2015).
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