jueves, 30 de abril de 2015

Borrando genes


Ojeando en diario El País mientras esperaba mi turno en la parada de taxis de la Plaza de la República Dominicada (nuevo feudo lacrimal de la AVT), me dí de bruces (y sin epidural mediante) con el siguiente titular:

“Centenares de inmigrantes recurren al bisturí para limar rasgos étnicos”

El texto seguía: “El objetivo es operarse para estar más cerca del canon de belleza occidental. En EE.UU. crece el número de cirujanos plásticos especializados en ‘occidentalizar’.”

Antes de acabar con la noticia (o de acabar la noticia conmigo) abrió la puerta trasera de mi taxi una mujer de rasgos occidentales:

– Buenos días. ¿Me lleva a El Corte Inglés de Castellana? – me dijo con su timbre de voz occidental.

Tras iniciar la marcha comencé a repasar mentalmente la noticia mientras miraba de soslayo a la mujer a través del espejo:

Esta mujer bien podría ser una ecuatoriana, una haitiana o una filipina disfrazada de occidental… aunque su acento parezca de aquí… pero bien podría haberse operado también las cuerdas vocales (o la lengua, o el paladar), moldearse la voz con un bisturí hasta alcanzar mi mismo acento…

Pero, ¿por qué querría alguien renegar de sus orígenes? ¿por qué borrar los rasgos que determinan la evolución genética de tus padres, abuelos, etc.?

La mujer me pagó con un billete de 20€ (puede que falso, como ella) y yo le devolví el cambio con un gesto de extrañeza que aun no he sido capaz de borrar de mi cara.

Este mundo es muy extraño. Cada vez más extraño, quiero decir…



(Source: blogs.20minutos.es)
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