miércoles, 17 de febrero de 2016

Palabras-Policía y Control Mental, cómo el Gobierno se adelanta a la Disidencia


“Racista”, “xenófobo”, “homófobo”, “machista”, “fascista”, “nazi”, “intolerante”, …
Son armas psicológicas con las que el Establishment blinda su hegemonía ideológica y moral (requisito indispensable para la supervivencia de un Estado, junto con el monopolio de la violencia). Vienen a sustituir lo que antes se conocía como “hereje”.
Otras Palabras-Policía interesantes son “antisemita” y “conspiranoico”. La primera utilizada sistemáticamente por la Judería Organizada como arma de doble filo, para protegerse de las críticas y de ser identificados públicamente. Y el segundo (todo un clásico) para desacreditar a los que ponen en duda la versión oficial que el Gobierno establece con la ayuda del dominio de los medios de masas.
La ideología del Estado es dogmática. Es decir, se pasa la Realidad y la lógica más elemental por los cojones, practica el proselitismo, y se acepta por fe. Exponer el absurdo de la moral de Rebaño que el Sistema difunde entre la Población resulta alarmantemente fácil (como ocurre con todos los Dogmas). Para impedir semejante situación, las Palabras-Policía entran en escena.

Estas palabras comparten las siguientes características:
  • Los Medios de “Información” (Propaganda) las utilizan muy a menudo
  • Tienen connotaciones negativas
  • Se pueden usar a discreción (significado amplio y ambiguo)
  • Favorecen la Agenda Política del Gobierno
Se trata de herramientas de represión, descalificativos que imposibilitan el buen debate cuando éste sobrepasa los límites de la línea de opinión oficial (también conocido como lo “políticamente correcto”) impuesta por el Sistema. 
Esta línea de pensamiento ha sido diseñada específicamente para los estratos inferiores de la sociedad (la clase trabajadora esclava), y protegen la posición privilegiada de la minúscula (en número) Clase Gobernante, que se rige por unos principios radicalmente realistas y maquiavélicos.
El Estado lo último que quiere es crearse competencia. No buscan hacernos mejores personas, sino mejores súbditos. No quieren lobos, sino borregos. El Establishment se ha quedado sin enemigos exteriores, hoy día sus tentáculos se extienden con total libertad por los cinco continentes. Ahora el enemigo eres tú, y la Guerra que se libra es Psicológica. 
¡Racista! ¡Xenófobo! ¡Machista! ¡Intolerante! … Son armas de represión. Mediante el control mental reprimes la rebelión cuando aún no ha superado su estado embrionario, cuando aún es inofensivo. Por hacer un símil, este control mental vendría a ser lo que se conoce en el terreno sanitario como “Prevención primaria“:
La prevención primaria se lleva a cabo eliminando los factores que puedan causar lesiones, antes de que sean efectivos. La intervención tiene lugar antes de que se produzca la enfermedad (Rebelión), siendo su objetivo principal el impedir o retrasar la aparición de la misma.
Del mismo modo que tú te vacunas antes de visitar el Machu Pichu, la minoría gobernante se cuida de hacerte creer que “todos somos iguales”, que la raza es una “construcción social”, que el multiculturalismo te enriquece, de diluir tu identidad a todos los niveles, promover el individualismo, el liberalismo, la división, el materialismo, etc, etc, etc …
¡Intolerante! … ¡El Estado no tolerará la Intolerancia! ¿nadie se da cuenta de la incoherencia? evidentemente se trata de una Palabra-Policía. Un arma psicológica que busca neutralizar la oposición ideológica.
El buen ciudadano (súbdito) se convierte en apestado cuando, contra todo pronóstico y a pesar del la enorme influencia ejercida por la clase dominante (por medio del Sistema Educativo, TV, radio, prensa, cine, música, videojuegos, etc), consigue identificar la base dogmática que sostiene el Status Quo, su falsedad inherente e interesada y por consiguiente su condición de Propaganda. Y es aquí cuando ésta pierde su poder de influencia sobre el individuo (estamos hablando a nivel mental). Nace el disidente (que no el Rebelde).
El disidente mental es inofensivo para el Sistema (siempre en minoría por el dominio del Régimen de los medios de masas). Se trata de elementos en su inmensa mayoría pasivos, no representan ningún peligro para el Gobierno. Ya sean uno, cien, o seis millones (por dar una cifra cabalística). Lo que hace entrar en Pánico al Estado son los elementos activos y, aún peor, la Organización, por pequeña que sea. Y es que sin Organización no hay Revolución. En el mejor de los casos, pequeños disturbios.
¿Cómo controla el Sistema a los “Herejes”?
Cuando la Prevención Primaria (Control Mental) fracasa, el Establishment se ve obligado a recurrir a medidas de Prevención Secundaria
La prevención secundaria consiste en detectar y aplicar tratamiento a las enfermedades (Rebelión) en estados muy tempranos. La intervención tiene lugar al principio de la enfermedad, siendo su objetivo principal el impedir o retrasar el desarrollo de la misma.
La disidencia está presente, pero aún no es un fenómeno de masas.
Ahora se trata de evitar que la “herejía” se extienda. El dogma oficial es como un Castillo de Naipes, nada en él es verdadero. Sin la maquinaria de propaganda del Estado echando humo las 24 horas del día todo se vendría abajo en cuestión de semanas. No ver la TV un mes digamos que equivaldría a no pisar la Iglesia durante todo un año. 
Llegados a este punto el Estado es implacable, y no duda en echar mano de la Ley para callarle la boca a todo el que ose contradecir la Ideología establecida. El arsenal ahora es “apología de…“, los llamados “delitos de odio, el “antisemitismo“, “negacionismo, etc.
No es lo mismo decir que el Dogma antirracista esconde una agenda antiblanca aquí, que en la TV, o que lo publique por Twitter Cristiano Ronaldo. Tu libertad de expresión disminuye en proporción directa con el nivel de influencia que ejerces sobre la población. Irse de la lengua siendo famoso puede costarte un “suicidio” express. 
Ahora supongamos que la disidencia ideológica se convierte en un fenómeno de masas, la Población deja de creer en el Sistema. Surge la Rebelión, no se respeta la Ley, la Autoridad pierde toda su legitimidad, la gente asalta las instituciones, hace caso omiso de la Propaganda pacifista que el Estado defeca por los medios de comunicación (“la Violencia no sirve de nada”, dicen, y te mandan policías con porras), etc. ¿Qué ocurre?
La prevención terciaria se realiza cuando ya se ha instaurado la enfermedad, y se intenta evitar que empeore y que se produzcan complicaciones. La intervención tiene lugar en plena enfermedad (Rebelión), siendo su objetivo principal eliminar o reducir las consecuencias del desarrollo de la misma.
Y en esta fase, señoras y señores, es cuando el Sistema se quita la careta y nos muestra su verdadera cara. Ni memocracia, ni libertad de expresión, ni derechos de ningún tipo. La clase dominante defendería su posición de privilegio a muerte. Y si para ello tuviera que llevarse por delante 2/3 de la población mundial, no les temblaría la mano. Sacar el ejército a la calle, las ejecuciones en masa, campos de concentración o dejar morir de hambre a millones formaría parte de las medidas de “pacificación”. Y no sería la primera vez (tenemos el ejemplo “reciente” de la Revolución judeo-bolchevique en Rusia).
En una Guerra lo único que importa es ganar. Los medios que se utilicen para tal fin son irrelevantes. Una vez ganada la Guerra, tú escribes la historia.
Al Gobierno le importa tres cojones los derechos de los gays, de los travelos, o los moros que saltan la valla. No caigamos en el error de analizar el comportamiento de la Clase Dominante con moral de Rebaño. La Élite se rige por la Ley Natural. Es la más despiadada, pero también la más realista. Se mueven por interés, jamás por principios.
Entender Política no es difícil. Tan sólo hay que pensar como un Psicópata.




(Source: alertajudiada.com)
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