miércoles, 13 de mayo de 2015

Mexican calendar señoritas


En las décadas de los años cuarenta y cincuenta, el erotismo de calendario estuvo presentado en forma de ilustración. La moda de los pin-ups estadounidenses también anidó en México, pero en una versión local. Los calendarios ilustrados fueron distribuidos por grandes compañías privadas (cementeras, tequileras, refresqueras), pero también fueron producidas y distribuidas por el Estado mexicano (la Lotería Nacional). Fueron muestra de la coordinación de fines y medios del Estado y de los empresarios para promover un cuerpo de imágenes de “lo mexicano”. Estas representaciones femeninas eran supuéstamente indígenas, estaban vestidas de de manera folclórica, con huipiles, trenzas y rodeadas de artesanías, pero no tienen rasgos indígenas. Los rasgos son en ocasiones mestizos pero en general españoles. Recuerdan a Dolores del Río y María Félix o , más recientemente a personajes de telenovela: indígenas representadas por mujeres rubias como la actriz Adela Noriega.
mexican calendar señoritas 2La historiadora del arte Laura Moure se detuvo en estas imágenes para el catálogo de la exposición Los sueños de una nación (Museo Nacional de Arte, 2011). Moure se concentra en las imágenes no del pin-up típicamente norteamericano, sino al de un tipo peculiar y muy popular de imagen: la mujer, de provincia, campesina, de pueblo, sensual pero inocente, e hizo dos preguntas interesantes. ¿Qué función tenían estas imágenes tan evidentemente contradictorias en la construcción de la identidad nacional y del modelo dominante de belleza? Y ¿Por qué la indígena  puede ser objeto erótico y de deseo, pero solamente a condición de perder todos sus rasgos raciales y étnicos?
Moure responde que la función de este modo de representar es la de des-racializar la noción de lo indígena y ofrecer una noción “cultural” de lo que significaba ser indígena, pero también una de invitar a las clases altas a sentirse mexicanas y de la “cancelación de la violencia del mestizaje – que también oculta la violencia hacia lo indígena en el México post revolucionario [ofreciendo] una imagen triunfante, orgullosa de sus orígenes, ajena a toda envidia de lo extranjero, autosuficiente”.  La identidad indígena (la identidad mexicana) “podía convivir con el cuerpo mestizo o europeo, propio, en términos de clase, de los estratos acomodados del país: no era necesario ser indio para poderse identificar como mexicano [...] la construcción de la identidad nacional, no necesitaba excluir de su proyecto de nación a las clases altas”.
Lo indio es el traje indio, que puede ser utilizado por cualquiera para caracterizarse como mexicano, sin tener que hacer cuentas con el pasado y el presente de violencia de los pueblos indígenas.
mexican calendar señoritas adela noriega - telenovela maría isabel de carla estrada 2Despojar de poder erótico a los rasgos indígenas (y transferirlos a lo blanco) era un forma de “des-colonizar” el mestizaje, de darle una nueva cara glamurosa. Pareciera también que para el nacionalismo revolucionario, explica Moure, había que diferenciarse de los otros pueblos del mundo, y, en su proyecto cultural, esto “se consigue simplemente con un disfraz; la identidad racial de lo indígena  queda cancelada [...]“. El mestizaje popular, en este caso, como proyecto ideológico y estético del estado “ya no apela a una mezcla racial, sino que se propone una identidad fundamentalmente blanca, que se distingue de la española sólo porque a ella se superpone, materialmente en términos de disfraz, una vestimenta típicamente indígena”.

Así Moure nos invita a pensar que esta vertiente de nacionalismo revolucionario es una manera particular de glamurizar lo indígena para que las clases altas puedan participar de una identidad postrevolucionaria mediante el travestismo folclórico, pero sin tener que abandonar sus nociones previas de pertenencia étnica y racial.
mexican calendar señoritas 3La consecuencia indirecta de esta glamurización de “lo indígena” fue que des erotizó a las mujeres indígenas,  las asumía como entes sin vocación sensual. Mientra la corporalidad sensual era la blanca, la pertenencia a la gran familia mexicana no era sexual, era textil. Así se terminó de desmontar desde el lado erótico la noción de mestizaje como mezcla sexual y se limitó al mínimo común denominador de un traje típico. Las telenovelas de Televisa siguen haciendo lo propio: como si no pudieran escapar la prisión mental de aquella torpe apuesta nacionalista del régimen post-revolucionario por la lealtad de las clases altas. Glamurizar el folk se puede hacer de muchas manera y no siempre es buena idea. Dada nuestra tradición de representación, quizá sería saludable que hoy, cuando pensemos en cómo unir lo que nos divide, dejemos de lado las preocupaciones folclóricas de “identidad nacional”, de hacer de lo indígena algo chic,  y mejor traigamos de vuelta lo que decidimos ignorar y ensombrecer en el camino, y que nos divide tanto o más que siempre, las preocupaciones por la división racial. Hoy, representar y subrayar la mezcla sexual tiene ya más sentido que la vieja apuesta por la pura mezcla cultural.

(Source: cultura.nexos.com.mx)
votar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario