sábado, 2 de mayo de 2015

Relación genética de los extraterrestres de la Retícula con la Raza Humana

Relación genética con la raza humana
Abira - San


   Así lo señalan las fuentes : nosotros somos su destino. ¿Por qué?. En parte porque ellos también están emparentados genéticamente con la raza humana. 

Una vez que se hubieron echado a andar las razas del hombre, llegaron extraterrestres del futuro, quienes les aconsejaron a dichos genetistas que sería necesario crear también otra raza de seres humanos. Quizás su intención haya sido el dar un sentido de colectividad a la raza humana, por ejemplo. Allí es donde, bien se ofrecieron los Zetas voluntariamente, o fueron seleccionados por autoridades cósmicas, para contribuir genéticamente en la creación de los japoneses, de manera que los Zetas están dentro de ese grupo de 22 civilizaciones extraterrestres originarias.

Los Zetas se distinguen como individuos, por ser prácticamente una conciencia colectiva. No en el sentido espiritual, sino en el sentido literal de sus comunidades. Tienen una fuerte tendencia hacia la no diferenciación del individuo; toman al grupo, no al individuo, como base de su modificación de la naturaleza. No son individualistas, sino esencialmente comunitarios, y tienden a diferenciarse muy poco físicamente.

Estas características de los Zetas podemos verlas reflejadas en las comunidades asiáticas en general : esa falta de diferenciación entre los individuos, esa acción colectiva que se prioriza muy por encima de la individualidad. Y no sólo eso : también esos cuerpos tan pequeñitos de los japoneses son como un recuerdo vivo de los pequeños cuerpos de los Zetas, que miden en ocasiones menos de un metro de estatura. Y hasta la forma de los ojos, en toda su morfología existen huellas de esa herencia ancestral que provino del cosmos.

Germane, ese ser no encarnado colectivo, esa conciencia colectiva que formula mensajes a través de un ser humano en la modalidad del channeling, nos dice : cada vez que ellos dan la vuelta a la esquina, los encuentran a ustedes de frente. Nosotros somos su destino.

Otra fuente dice : ellos están a tal grado asentando su existencia sobre medios artificiales, que literalmente bastaría con que desconectaran el enchufe y ¡zas!, ¡desaparecen como raza!, ¡quedan a nivel de recuerdo!. En el cosmos alguien preguntaría : ¿te acuerdas de qué pequeñitos eran, todo lo que les pasó, y todo lo que hicieron?. Y la respuesta sería : sí, pero esa raza ya desapareció.

 
Sin embargo, si bien como civilización ya superaron todos los estadios de autodesarrollo de la cuarta densidad, y pueden decidir ahorita mismo existir solamente en quinta densidad,  olvidándose del trago amargo que han vivido, su voluntad es que su raza, desde el punto de vista biológico, o físico, no desaparezca, y solamente estarán tranquilos, y harán su trancisión a quinta densidad, si saben que han dejado nuevamente la simiente para que esa raza a la que ellos pertenecieron siga existiendo.

¿Para que encarne quién en esos cuerpos, si ellos ya van de salida?. Quizás para que esos cuerpos renovados, que ellos quieren dejar antes de su trancisión, sean ocupados por algún tipo de seres inteligentes, pero están necios con que no van a permitir que su raza desaparezca. Sin embargo, como más bien parece que eso ya no tiene remedio, se están conformando con restituir a su propia raza algunas de sus capacidades naturales, aunque finalmente quede modificada ; ya no pueden restablecerse al cien por ciento, pero todavía pueden salvar algunas de las capacidades perdidas.

Sin embargo este dilema tiene respuesta. No se dice que quinta y sexta densidades carezcan de cuerpos. Se dice que pueden elegir entre tener un cuerpo, o no tenerlo. Pues bien : esto se explica si ellos están preparando su siguiente paso evolutivo, estrenando densidad, y estrenando también nuevos cuerpos esencialmente revitalizados, habiendo tomado de nuestra composición genética la reproducción sexual, la alimentación no osmótica, y la recuperación plena de las expresiones emocionales.

De forma que, mientras una parte extensa de la humanidad no podría siquiera creer que efectivamente exista vida fuera de nuestro planeta, toda una red de inteligencias extraterrestres tienen a la fecha decenas de milenios luchando con o contra nosotros, y los Zetas específicamente se están sirviendo con la cuchara grande, tomando de nuestra genética esos elementos que a ellos le hacen falta, porque un dia ellos mismos se los arrancaron.

Y qué tristeza que ellos tengan tanta urgencia en recuperar, en volver a vivir, en disfrutar,opciones de vida que son fuertemente prohibidas y censuradas dentro de nuestras sociedades. Censuramos tan fuertemente la expresión de las emociones, que está prohibido llorar, prohibido manifestar cariño, prohibido enojarse, porque todo se ve como antisocial.


No digamos la vivencia de la sexualidad, que históricamente ha sido perseguida, restringida, controlada, ocultada y castigada hasta con la muerte durante incontables siglos a todo lo largo y ancho de nuestro planeta. Qué lástima que sean esos aspectos tan polémicos y rechazados en nuestras sociedades, los que precisamente seres del cosmos consideren como opciones gratificantes de la vida, como riquezas de la existencia, y como alternativas de vida a las que no están dispuestos a renunciar.

El estudio de las civilizaciones en el universo, entonces, también debe servirnos como un termómetro sobre todo lo que somos y tenemos, a nivel de las riquezas de nuestro planeta, de la viabilidad de nuestras sociedades, y de las facultades de nuestro cuerpo.

Ellos deterioraron a un grado extremo su herencia genética, que se quedaron en una modalidad de existencia terriblemente artificial, incoloros e insaboros, como gotas de agua que no encuentran diferencia alguna en la existencia, ni contrastes, ni tonos ni diferencias, en una aterradora uniformidad artificial. Eso sí, con una gran experiencia, una gran capacidad cerebral e intelectual, pero más muertos que una mojarra.

Insisten las fuentes en que ellos son nuestro destino, y nosotros somos su destino, precisamente porque somos polos opuestos, manifestaciones diametralmente contradictorias en la forma de ser.

Respecto a la conciencia colectiva que los mismos Zetas elogian y ejemplifican, un ex agente militar estadunidense entrenado en remote viewing, o visión a distancia, se internó en un grupo de Zetas para conocer su naturaleza. Lo que halló fue :

·        una conciencia absolutamente masiva
·        que da el sentimiento de ser ilimitada
·        y prácticamente universal


Respecto a las emociones, reconociendo obviamente diferencias de razas humanas y matices, como las existentes entre los frios canadienses y los flemáticos sajones en comparación con los latinos, hallaremos indudablemente una calidez emocional en una parte muy importante de la humanidad.

La cual por cierto no es la vastamente hipócrita, sensiblera e inexistente "calidez" del gringo en sus programas de tv y películas auto - publicitarias, sino la realidad del sentimiento real de la humanidad ; mientras que los Zetas sencillamente se amputaron esa capacidad.

Respecto a la valoración de la individualidad entre ellos y nosotros, la diferencia es brutal.

Se ufanan de no poseer territorio personal alguno, y se indignan o nos menosprecian por defender nosotros siempre un territorio.

Con eso reflejan una gran ignorancia no sólo respecto a la raza humana, sino al planeta Tierra en su conjunto. El territorio desde el punto de vista de las especies animales, equivale simple y llanamente a existencia, es la diferencia entre ser y no ser ; entre ser viable y no tener viabilidad en absoluto como especie, de forma que continente tras continente y especie animal tras especie animal, el que pierde el territorio inmediatamente pierde la vida.

En el humano, el territorio es un tema vasto por su trascendencia, profundidad, validez en todos y cada uno de los órdenes de la vida humana ; hasta la falta de territorio en el humano en sí misma es un territorio propio, tal es su trascendencia. Hablar en contra del territorio contradice nuestra más profunda esencia, desde la perspectiva de las especies animales de la Tierra, como desde el punto de vista de nuestra propia especie : comienza con el nombre mismo de la persona, y se afianza en esa estructura esencial que llamamos familia.

Respecto a la importancia del individuo, somos los puntos más distantes de una relación entre diametralmente opuestos.

La masa en la raza humana es un insulto, jamás un apelativo de apreciación ni valoración del individuo. Entre nosotros masa es fracaso, suciedad, la más profunda ignorancia y carencia de todo, mientras que un individuo empieza a valer en relación directamente proporcional a su diferenciación, jamás a su igualdad, y cada gesto, cada paso, cada cabello que alguien logre ser diferente de los demás, significa desde luego un avance hacia mejores perspectivas de existencia.

Por esa peculiar naturaleza suya de la conciencia colectiva, se vanaglorian de ser masa, como si quisieran ser granos de arroz en un costal, pero el ser humano en cuanto más se alcanza a distinguir del grupo, es en cuanto mayores oportunidades puede recibir. Hemos inventado formas sofisticadas de diferenciación que van más allá de lo evidente o físico, de forma que intangibles como un apellido bastan y sobran para hacer una gran diferencia.

Y ni qué decir de la sociedad contemporánea occidental, diseñada exprofeso en cada átomo para aquel que puede y quiere pagar su diferenciación, su separación de los demás en la ropa, el perfume, la joyería, el automóvil, el barrio donde vive, y así ad infinitum. Mientras entre nosotros el valor agregado desde el punto de vista social es la personalización, tan vasta y amplia como cada quien pueda alcanzarla, entre ellos la masificación y el anonimato perpetuos parecen ser de lo que se ufanan.

Los vemos y todos son absolutamente iguales, como gotas de agua, mientras que cada ser humano aspira a lo opuesto. Aun en las tribus de las junglas más remotas, cada individuo de la sociedad, con sólo la naturaleza más básica y elemental a su alcance, busca incansablemente el color de la pluma del ave, el colmillo del jabalí, el tatuaje, jamás para masificarse, sino lo diametralmente opuesto : para resaltar, para singularizarse, y de allí precisamente que el concepto del yo siempre busca fortalecerse, jamás desaparecerse.

En donde eventualmente sería deseable alcanzar cierto grado de conciencia colectiva en las sociedades humanas es en la labor, porque de acercarnos a ella la coordinación de los esfuerzos y el tiempo para alcanzar las metas serían óptimos.
No es para desmenuzar estas observaciones mías desde una crítica antropológica ni sociológica, sino que las hago ejemplificando por qué es evidente que su civilización y nuestra civilización son diametralmente opuestas.

Y para justificar en alguna forma, que esos Consejos Cósmicos que administran o controlan a las civilizaciones en el universo, hayan permitido este choque de locomotoras que significa el terrible frentazo de los humanos con los Zetas : dos formas de ser diametralmente opuestas, que posiblemente por medio de todas estas interacciones puedan nivelarse.

Es como si yo lo quisiera presentar un poco a modo de un Ying - Yang : a su colectividad nivelarla un poco con nuestra individualidad ; a su masificación nivelarla un poco con nuestra individualización ; a su actuar colectivo nivelarlo un poco con nuestra iniciativa personal ; a su aspecto idéntico matizarlo un poco con nuestra fisonomía personalizada, y así sucesivamente, y viceversa : a nuestro obsesivo disentir del individuo, un poco de su conciencia colectiva, y a nuestra labor individualizada, complementarla un poco con su acción masiva.

En pocas palabras, ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre : la interacción entre nuestras respectivas razas tiende a un equilibrio, y todavía más: tal y como nosotros somos la salvación de la autodestrucción para ellos, también ellos representan la salvación de la autodestrucción para nosotros.


(Source: cosmos.mforos.com)
votar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario