lunes, 23 de febrero de 2015

La nueva clasificación racial (I)

Toda verdad pasa por tres etapas. Primero, es ridiculizada. Segundo, es combatida. Tercero, es aceptada como evidente.
(Arthur Schopenhauer).



NOTA: Este artículo ha sido traducido a otros idiomas. Pinchar aquí para acceder a la versión en inglés. Aquí la versión en polaco.
  

Durante mucho tiempo, siguiendo el criterio de antropólogos físicos y nordicistas anglosajones y alemanes principalmente, la división de las "subrazas" europeas fue la que sigue:

 Nórdica: Alta estatura, piel sonrosada, constitución atlética, nariz recta, mentón bien modelado, dolicocéfala, cabello y ojos claros.

• Dálica o fálica: Alta estatura, constitución robusta y pesada, piel rosada, cabello rubio o claro, ojos claros (azules, grises o verdes), cráneo de dolicocéfalo a braquicéfalo, boca grande y labios finos.

 Dinárica: Estatura alta o media, piel castaña, constitución delgada, nariz aguileña, braquicéfala, cabello y ojos oscuros.

 Alpina: Estatura media, piel clara, constitución pesada, braquicéfala, cabello castaño, ojos castaños o claros.

 Báltico-Oriental: Estatura media o baja, piel clara, constitución fuerte, braquicéfala, cabello y ojos claros.

 Mediterránea: Estatura baja, piel morena, constitución grácil, nariz recta, rasgos regulares, dolicocéfala, cabello y ojos oscuros.

A principios del siglo pasado, estos rostros eran considerados "nórdicos" sin más, cuando está muy claro que no forman un grupo homogéneo antropológicamente. En su día los agruparon para ir poniendo orden en las bases de la joven raciología, hoy estamos ya en condiciones de saber en qué consisten las notables diferencias entre estos tipos.

Esta clasificación está obsoleta. No iban mal encaminados quienes la elaboraron, pero como era de esperar después de un siglo, se ha superado. El gran salto se lo debemos esencialmente a tres factores:

• El avance de la globalización y de la tecnología, gracias al cual tenemos fácil acceso a fotografías, de alta calidad y a todo color, de personas y etnias del mundo entero, un lujo indescriptible con el que los antropólogos  físicos de principios del siglo pasado (quienes debían conformarse con una oferta fotográfica muy limitada y en blanco y negro) difícilmente hubieran podido ni soñar. Era lógico que el mayor acceso a los rasgos antropológico-físicos que esto trajo, trajese también tarde o temprano una actualización de la caduca clasificación racial.

• El avance arrollador de la genética los últimos años gracias a la investigación de los linajes humanos, tanto paternos como maternos, de etnias del mundo entero, y a su distribución en haplogrupos. Este proceso sigue avanzando, ya que, entre otras cosas, se está trabajando para sacar haplogrupos del cromosoma X.

• La larga, valiosa y monumental investigación de mi compañero Valg en el campo de la antropología física [1] y su contrastación minuciosa con datos científicos procedentes del campo de la genética (que ha profundizado en los orígenes de las diversas comunidades étnicas humanas, distinguiendo linajes genéticos), de la paleoantropología (que investiga los rasgos antropológico-físicos de los hombres prehistóricos), de la arqueología  y de la prehistoria. Gracias a este trabajo, que sigue avanzando a día de hoy, Valg ha podido separar los componentes presentes en las mezclas modernas, aislar los rasgos originarios y remontarse finalmente a las razas primigenias olvidadas: mucho antes de encontrar fotografías de especímenes puros de determinada raza, Valg ya tenía en mente un cuadro con la imagen que buscaba. Este trabajo, que supera a todos las anteriores y sienta la antropología física y la raciología sobre bases totalmente nuevas y mucho más sólidas, lo ha llevado a descubrir que:

- Lo que antaño se llamaba raza nórdica es una mezcla de nordico-blancos y  nordico-rojos, algo armenizados y/o, en menor proporción, mongolizados.

- La llamada "raza mediterránea" es una mezcla de nordico-rojos, arménidos, nordico-blancos, cónguidos en mínima proporción y en ocasiones mongólidos en mínima proporción.

- La "raza dinárica" es una mezcla de nordico-blancos y arménidos puros (lo que Günther llamó "armenoides"), generalmente con influencias nordico-rojas.

- La "raza alpina" es una mezcla de nordico-rojos, mongólidos y generalmente, en menor medida, nordico-blancos y arménidos.

- La "raza báltico-oriental" es una mezcla de nordico-blancos, nordico-rojos y mongólidos.

- Las "razas europeas" son tres: la raza nordico-blanca, la nordico-roja y la arménida.

La más reciente genética de poblaciones, por su parte, habla de que los europeos modernos descendemos de tres conglomerados de pueblos distintos, lo que viene a confirmar, más que a desmentir, la nueva clasificación racial:
WHG (cazadores-recolectores occidentales, por sus siglas inglesas). La población indígena de Europa. Se correspondería especialmente con la raza nórdico-blanca.

ANE (antiguos eurasiáticos del Norte). Invasores del Mesolítico y posterior. Se corresponderían especialmente con la raza nórdico-roja.

EEF (granjeros europeos tempranos). Introdujeron la agricultura en Europa. Se corresponderían especialmente con la raza arménida.

No se ha escrito este artículo para fomentar divisiones ni discriminaciones, ni para catalogar desalmadamente al ser humano como si fuera un ente mecánico o un animal de ganado, sino para comprender mejor la biodiversidad de la que somos portadores, la necesidad de preservarla y multiplicarla y qué es lo que significa, además de para afinar el instinto racial con vista a una selección de los mejores genes y a que la gente piense más en términos de herencia biológica y de sabiduría reproductiva. Esto es especialmente importante cuando la inmensa mayor parte de las personas tiene muy erosionado el instinto racial, cuando Occidente está sufriendo un proceso de invasión y colonización agresivas que amenaza con ahogar su valiosa y rica biodiversidad genética autóctona para siempre, y cuando la degradación biológica traída por la civilización (sustancias nocivas, hábitos perjudiciales, mala alimentación, sedentarismo, disgenesia, ausencia de selección natural) está haciendo que Occidente pida a gritos nuevos sentimientos identitarios de carácter gentilicio. Por tanto, es necesario dejar claro que si se tocan estos temas es porque creemos sinceramente que un día contribuirán a la fortaleza de nuestra Civilización Occidental, de la "raza blanca", que vive en su seno y es la base de la misma, y de toda la humanidad. Lo que se trata aquí es, ni más ni menos, la historia de nuestra sangre. De manera que quien piense que somos todos iguales o que todo esto son majaderías, no está obligado a seguir leyendo. No nos interesa convencer, sino aportar el material mediante el cual personas con una mente lúcida puedan convencerse a sí mismas si lo creen oportuno.

Para finalizar esta introducción, es aconsejable profundizar en morfopsicología, es decir, en analizar la psicología de una persona a partir de sus rasgos físicos, especialmente los del rostro. Se encontrará que las razas puras, teniendo rasgos particulares, tienen también una psicología colectiva particular, cosa que cuadra perfectamente con el hecho de que la configuración cerebral se herede genéticamente.

(Source: europasoberana.blogspot.com)
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