lunes, 9 de febrero de 2015

Marcado mestizaje reflejan los rostros de los indígenas

El mestizaje que data de la época de la colonia se ha acentuado en el Paraguay a tal punto que el rostro actual de nuestros indígenas poco o nada se diferencia del campesino paraguayo. Oficialmente, el país se reconoce pluriétnico. Pero, antropológicamente, los estudiosos los clasifican en dos categorías: guaraníes orientales y pámpidos chaqueños. Ambas han tenido su mestizaje; sin embargo, este contacto ha contribuido poco para que accedan a una vida más digna.

El aty guasu (congreso) que se realizó en Remansito, Chaco, nos permitió hace unos días conocer el rostro y la evolución física actual de nuestros antepasados. No estuvieron las 17 etnias reconocidas por el Instituto Paraguayo del Indígena, pero gracias a nuestro archivo la completamos, y los estudiosos opinaron sobre su evolución antropológica y genética de los naturales. 

Para el Dr. Sinforiano Rodríguez, médico y con estudios antropológicos, por los rasgos físicos, mencionó categorías de indígenas: los guaraníes orientales y los pámpidos chaqueños.

DIFERENCIACIÓN

Entre los primeros ubica a los pai tavyterá, mbyá y ava guaraní, que se trasunta con mucha frecuencia en el campesino por su mestizaje. Los aché, que también viven en la Región Oriental, son a su criterio un enigma por sus características mongoloides y diferentes a los otros indígenas paraguayos. Son de tez amarilla, ojos rasgados, párpados ligeramente hinchados, absolutamente orientales. 

Entre los pámpidos chaqueños, según Rodríguez, sobresale la exuberancia física. En ese grupo están los guarayos, guaraní ñandeva, lengua, sanapaná, maskoy, angaité, guaná, nivaclé, maká, manjui, ayoreo, chamacoco y los toba qon. 

Los maká que recorren las calles de Asunción son grandes, de un físico totalmente diferente a los guaraníes, que son bajitos y morenos. Los indígenas occidentales son de un tronco lingüístico y de una raíz genética muy diferente que los orientales. En el pasado eran los guaicurúes y payaguaes los eternos enemigos de los guaraníes. 

Los pámpidos también tuvieron su mestizaje, que de acuerdo a nuestro entrevistado variaba de acuerdo a las características naturales de cada etnia. Algunas no eran tan violentas y permitían un mayor acercamiento; otros, en cambio, como los ayoreos, rechazaban este contacto. Por esta razón, hasta hoy tiene una característica más salvaje. Algunos tienen alopecia de cejas, con rostro bravío; por eso le temían las otras etnias del Chaco y los propios paraguayos. 

De los chamacocos, sostuvo que es una etnia con muchísima mezcla; entre ellos hay nativos de ojos claros y hasta de tez blanca. Esta mezcla con la gente de tronco occidental viene del siglo XIX. 

Los angaité, guaná y samapaná tienen rostros que reflejan claramente el mestizaje y hasta se los podría confundir con un campesino. Son de contextura alta. 

Rodríguez considera que no solo en el campo antropológico se debe avanzar, sino también en la bioética. Al respecto, dijo que en nuestro país muy poco se ha hecho en lo genético. El hematólogo Emilio Saguier Negrete hizo un estudio de sangre. 

El Dr. Ricardo Moreno Azorero también realizó algunas investigaciones genéticas, pero hasta ahora no se realiza un estudio entre todas las etnias; en ese sentido, el aporte es muy pobre aún. 

Faltan estudios 

Considera que este campo debe ser reglamentado porque hace un tiempo una asociación norteamericana, con un enviado argentino, extrajo una variedad de sangre indígena. 

El trabajo que realizaron tuvo una fuerte objeción por el Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud porque llevaban las muestras y no informaban de sus resultados a nivel local. Además, no presentaron un protocolo de trabajo, que en bioética está bien reglamentado y garantiza el respeto a la persona humana. 

La población indígena en el Paraguay ha crecido de 85.674, en el 2002, a 108.306 personas, según la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC). El sector muestra escasos logros en la educación formal. El promedio indica que esta población cursó solo los tres primeros años en la escuela. 

La estadística señala, igualmente, que el 40,2 por ciento de las personas indígenas de 15 años y más son analfabetas. 

Otro dato recogido es que apenas el 12,2 por ciento cuenta con seguro médico, y cerca del 30 por ciento reportó haber estado enferma o accidentada.


(POSTED by abc.com.py)

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