viernes, 13 de febrero de 2015

Razas europeas

RAZA NÓRDICO-BLANCA EUROPEA (en adelante, raza nórdico-blanca o NB. También llamada nordid racewhite nordid, raza nórdica, raza blanca, raza európida o raza de las nieves del Este).


Nórdico-blanco puro. Nótese la piel no pálida ni blanco-lechosa, ni tampoco sonrosada, sino más bien “dorada” en armonía con el pelo, apta para ser bronceada moderadamente sin quemarse. Frente alta pero no del todo vertical. Psicológicamente, estamos ante una raza noble, armoniosa, serena, seria, paciente, equilibrada, marcial, ágil, honorable, disciplinada, honesta, eficaz y racista, pero también inocente, demasiado angelical y “poco espabilada” en ciertos sentidos. Al contrario de lo que sugiere su vestimenta, el ejemplo no es judío, ya que se ha hecho varias fotos con atuendos litúrgicos de diversas confesiones religiosas.


 Estatura: Muy alta (probablemente superior a los 2 metros en los ejemplares puros originarios).
 Constitución: Esbelta, atlética. Hombros bien modelados, anchos y rectos. Cuello largo. Aunque se trata de un tipo físico “fino”, propensión a desarrollar musculatura bajo condiciones adecuadas de dieta y ejercicio.
 Ojos: Gris-hielo, muy claros, casi blanquinosos. Los colores “luminosos” azul-celestes son mezclas entre el color gris-claro de los nórdico-blancos y el color azul-oscuro de los nórdico-rojos. Nótese en la segunda foto que entre las cejas y el comienzo de la nariz hay un “triángulo” bien marcado.

Este tono ocular, gris muy claro, casi blanquinoso y cercano al color del hielo, es el propio de la raza nórdico-blanca.
El color ocular gris es más abundante en Finlandia, las naciones bálticas, Bielorrusia y la parte europea de Rusia. Responden a unos niveles de melanina incluso más bajos que los ojos azules, y el fenómeno óptico que los hace parecer grises es el mismo que hace parecer un cielo nublado gris.
Forma alargada. Insertados profundamente en el rostro debajo de unas cejas bajas, delgadas, moderadamente pobladas, dadoras de una expresión pensativa y audaz, y una mirada aguileña, penetrante e intensa. Pupilas grandes, distancia media-corta entre ojo y ojo. Cuencas oculares pequeñas. Arcos superciliares moderadamente marcados.
 Nariz: Estrecha, recta, poco carnosa y armoniosa. Puente nasal alto: la clave de la nariz nórdico-blanca es que su “raíz” se encuentra muy arriba, casi en la frente, y por lo tanto no tiene un “entre ojo hundido” como en el caso de los nórdico-rojos. La nariz nórdico-blanca, de hecho, es la que se corresponde con el famoso “perfil griego” de las estatuas clásicas, salvo que éstas tienen una ligera dinarización manifestada en la inclinación de su frente y en un puente nasal algo más alto.
 Orejas: Estrechas, “poco redondeadas”.
 Boca: Labios marcados y oscuros, pero finos y poco voluminosos. Surco naso-labial (la línea vertical que divide al bigote en dos) ancho, lo cual otorga a las puntas centrales del labio superior un aspecto separado y de expresión ligeramente “asqueada”, al estilo de las estatuas clásicas.

Aquí, el sujeto tiene las cejas ligeramente levantadas. Cuando relajadas, los arcos superciliares del nórdico-blanco forman una T con las líneas horizontales truncadas hacia abajo ligeramente (algo similar a la forma de una flecha apuntando hacia arriba).
 Dentadura: Bastante recta, poca diferencia de forma entre dientes.
 Cabello: Rubio-platino cercano al blanco, liso y fino. Tendente a aplastarse contra el cráneo.
 Vello corporal: Del mismo color que el cabello, muy fino y poco abundante.
 Piel: Blanca-marfil, limpia. Pálida en ausencia de bronceo. Niveles bajos tanto de eumelanina como de feomelanina, pero la raza nórdico-blanca tiene el gen M1CR activo, y por tanto su piel es capaz de sintetizar melanina —es decir, esta raza, a diferencia de los nórdicos rojos que veremos después, puede broncearse. Curiosamente, la imagen de un nórdico-blanco bronceado, como signo de vida de curtimiento al aire libre, era la imagen predilecta en la propaganda del III Reich, y es que lo que los nazis estaban intentando promover por instinto, aun sin los conocimientos modernos de genética, era fundamentalmente el tipo racial NB.
La raza nórdico-blanca, pues, estaría adaptada tanto a dejar pasar la luz solar a su cuerpo (invierno, piel pálida) como a limitar su absorción (verano, bronceado), a diferencia de los nórdicos rojos, que por haber sufrido una selección ártica más severa (ellos serían realmente la raza “ultra-nórdica” por excelencia), se han adaptado perdiendo definitivamente la facultad de producir melanina.
 Cráneo: Dolicocéfalo (largo visto de perfil, poca anchura, estrechez de sienes). Curvooccipitalia (occipital y parietal abombados hacia atrás). Esta raza ha desarrollado capacidad craneal hacia atrás y hacia adelante principalmente.
 Perfil del rostro: No totalmente vertical (frente y mentón ligeramente retrasados) pero casi. Progresivo y recto (ortognato, ángulo facial abierto).
La fotografía no es un perfil perfecto (se encuentra levemente vuelto de espaldas y con el rostro algo levantado) pero sin duda es muy orientativa.
 Frente: Recta, ancha y bastante vertical.
 Mandíbula & mentón: Mandíbula armoniosa y bien formada, mentón “puntiagudo”. En general, barbilla entre la prominente de los nórdico-rojos y la retraída de los dináricos, pero más cercana al modelo nórdico-rojo.
 Otros rasgos: Facciones faciales denotadoras de bondad, benevolencia y equilibrio. Neotenia: aspecto muy juvenil y fresco que se conserva hasta una edad muy avanzada (aunque no tanto como los nórdico-rojos). Imagen pálida y “dorada” en general. Abundancia de mujeres atléticas y activas pero extraordinariamente femeninas, atractivas y de una gran belleza, lo cual se ha traducido en un altísimo éxito reproductivo de los linajes nórdico-blancos maternos. La distribución de los nórdico-blancos podría estar vagamente relacionada con el grupo sanguíneo A.
 Linajes paternos (Y-DNA): I (I1, I1b, I2a, I2b, etc.). Se cree que existe la posibilidad de que los linajes I2 sean dináricos y no nórdico-blancos.
Distribución aproximada de los linajes paternos I en Europa. Fuente: Eupedia.com

Distribución del haplogrupo I1 (antes llamado I1a, correspondiéndose con tipos escandinavos como los vikingos o los normandos). Los antiguos portadores de este haplogrupo eran clanes cromagnon procedentes del núcleo franco-cántabro. Persiguiendo a los animales que seguían la retirada del hielo durante el Mesolítico post-magdaleniense, acabaron ocupando Escandinavia y el norte de Alemania, antes cubiertas por el hielo. Fuente: Eupedia.com
Distribución del haplogrupo I2a. Fuente: Eupedia.com
 Linajes maternos (mtDNA): U, K. No todos los sublinajes de U son nórdico-blancos, pensamos que muchos de ellos (los más antiguos principalmente), podrían ser dináricos.
Distribución del linaje materno K en Europa.
 Espiritualidad: Relacionada con el cielo. Culto a los ancestros y a los caídos en combate, a la guerra, a la virilidad y al fuego. Dioses de justicia, honor, guerra y orden. Aprecio por una vida corta y gloriosa finalizada por una mors triumphalis.
 Psicología, idiosincrasia y carácter racial: Amor al honor, apego al orden, respeto a la autoridad y a la veteranía, gran vocación guerrera y militar, valor, altruismo, idealismo, fidelidad, racismo, heroísmo, autocontrol, disciplina. Inteligencia, reflexión. Voluntad muy desarrollada: tendencia al ascetismo y al entrenamiento deportivo. Ansia por explorar.
También inocencia y una incapacidad absoluta para los “trapicheos”, incluso para la diplomacia. De esta inocencia despreocupada proceden expresiones como “las rubias son tontas” o “hacerse el sueco”. No es falta de inteligencia, sino una forma de ser “angelical”, la que hace que estas gentes sean “poco espabiladas” en algunas cosas que tienen mucho que ver con la degeneración y vulgarización de la sociedad moderna, y que tipos raciales más oscuros, primitivos y menos evolucionados puedan aprovecharse de ellos. Es el mito del despreocupado y confiado Sigfrido y el arquetipo de la puñalada por la espalda.
 Distribución: La raza nórdica blanca tiene sus núcleos fuertes en los países escandinavos (siendo el sur de Suecia el núcleo más puro), Norteamérica, Oceanía, Gran Bretaña, Holanda, Alemania y Polonia. Sin embargo, se encuentra distribuida en toda Europa y ambas Américas, Próximo Oriente, el Sur y Centro de Asia, Siberia y el norte de África.
La distribución de la genética nórdico-blanca por países. Oscuros los países con mayor cantidad y/o pureza de genética nórdico-blanca. Aunque los mapas como este que he colgado son muy generalizados y van por países, este mapa en particular no necesita mayor comentario, creo que a grandes rasgos cualquiera lo reconoce. Sería interesante hacer mapas de este tipo, pero por zonas en vez de por países, el problema es que presenta bastante complicación.
 Breve historia: Pensamos que esta variedad surgió aproximadamente hace unos 40.000 años, cuando gran parte del norte de Europa estaba cubierto por los hielos. En aquella época, se habían acumulado bolsas de población en el sur de Europa (especialmente el refugio franco-cántabro y los Balcanes, pero también en menor medida Italia y Europa del Este), que quedaba libre de hielo. Procediendo de donde procede, llamamos a esta raza “nórdica” porque, durante la glaciación, las temperaturas eran muchísimo más bajas en todo el planeta. El Sahara era una zona fértil, mientras que el sur de Europa estaba bajo condiciones netamente árticas, muy similares a las que rigen ahora en el norte de Finlandia.
Estos mapas nunca son totalmente exactos, ya que los glaciares y el nivel del mar fluctuaron con numerosos altibajos (no es lo mismo el máximo glacial que el principio de la glaciación), pero aun así nos hacemos una idea de cómo era nuestro continente durante la glaciación de Würm. Los glaciares están señalados en blanco, pero hay que tener en cuenta que los terrenos nevados debían ser mucho mayores, especialmente en los inviernos, durante los cuales seguramente no había lugar de nuestro continente que se librase de la nieve.
La genética de haplogrupos nos indica que los nórdico-blancos —asociados a los haplogrupos I— mutaron, y por lo tanto, evolucionaron, a partir de antepasados probablemente dináricos. El linaje IJ (que apareció hace unos 40.000 años) se dividió dando lugar por un lado (Oriente Medio) a los haplogrupos J (“semitas”), y por otro (Europa) a los haplogrupos I, cuyo origen se sitúa hace 25-30.000 años.
La procedencia sugerida de los NB (blanco) por el linaje paterno. El J plantea algunos interrogantes en cuanto a su adscripción a la raza dinárica (verde); es posible que pertenezca a alguna raza pseudo-nórdica. Valg considera que el I y el I2 podrían no ser NB sino dináricos. Yo considero que si el Cromagnon ya tenía rasgos fundamentalmente NB y era de un linaje IJ, no pudo tener descendientes dináricos. Valg también cree que cabe la posibilidad de que el I2b1 fuese nórdico-rojo. El J podría haber pertenecido originariamente a una raza pseudo-roja, lo que supondría algún nexo entre ambas razas nórdicas.
No se sabe a ciencia cierta cuál fue el primer horizonte cultural propiamente Cromagnon, ya que aun existen dudas acerca de si el Gravetiense es neandertal. El Auriñaciense, en cambio, sí parece claramente Cromagnon. De todas formas, deberíamos guardarnos de conceder excesiva importancia a las culturas materiales. El simple hecho de utilizar una misma técnica para la fabricación de puntas de lanza (o posteriormente para la decoración de la cerámica) no convierte a todos en un mismo pueblo, sino que apunta a una difusión de conocimiento. Tomarlos por el mismo pueblo basándonos en piedras inanimadas sería el mismo error que considerar que, durante el Siglo XIX, los ingleses y los japoneses eran del mismo pueblo sólo porque habían adoptado el sistema tecnológico industrial.
Durante el periodo de máximo glacial (aproximadamente 23.000-17.000 años, según zonas) debió haber una mortandad muy alta, muchas comunidades se extinguirían, y no quedó rastro tanto del Gravetiense como del Auriñaciense. El horizonte cultural Solutrense sería la cultura por excelencia de estos duros milenios; demostrando el efecto exterminador del frío, el territorio solutrense sería mucho más reducido y también más meridional que el de sus predecesores. Además, la hipótesis Solutrense-Clovis postula que, durante el Solutrense, la costa noreste de Norteamérica fue colonizada por Cromagnon europeos, que navegaron a lo largo del borde del banco de hielo marino que conectaba Europa con Norteamérica.
Con el fin de la glaciación de Würm (10.000 AEC), los casquetes polares se derritieron retirándose al Norte, provocando un aumento del nivel del mar que inundó algunos territorios Cromagnon, especialmente en zonas cantábricas de Francia que ahora forman parte del lecho marítimo. En esta época de cambio climático, que marca el fin del Pleistoceno y el comienzo del Holoceno, los nórdicos blancos del sur de Francia, Bélgica y el sur de Alemania, asociados con el horizonte lítico del Magdaleniense, se desplazaron también al Norte (como cazadores, persiguiendo a las manadas de animales adaptados al frío, pero quizás también huyendo de las inundaciones), atravesando Francia y acumulándose principalmente en Holanda, Dinamarca, la Península Escandinava (que estuvo unida al resto del continente hasta el año 8.000 AEC como poco), la llanura germano-polaca y la cuenca del Báltico, así como penetrando gradualmente en las actuales Bielorrusia, Ucrania y Rusia. También se pobló Gran Bretaña, que a diferencia de Irlanda, permaneció unida al continente hasta después de la penetración neolítica. En estos espacios se desarrolló la cultura mesolítica del Maglemoisiense, que con el tiempo sería sucedida por la cultura de Fosna-Hensbacka, la de Kongemose, el Ertebøliense y las culturas de Nøstvet y Lihult, Cerámica Agujereada (ésta todavía cazadora-recolectora) y Vasos de Embudo (ya neolítica). Se trata de sociedades de vocación claramente marítima, dedicadas principalmente a la navegación, la pesca, la caza (especialmente de mamíferos marinos) y la recolección, y precursoras en muchos sentidos de las muy posteriores sociedades vikingas. Algunos estudios lingüísticos muy convincentes (como “Los indoeuropeos”, de Adriano Romualdi) demuestran que la llanura germano-polaca debería considerarse el hogar originario o Urheimat de los idiomas indoeuropeos.
Seguramente quedaron algunas comunidades en los territorios ancestrales del Sur, que serían protagonistas de otros horizontes mesolíticos (entre el Paleolítico y el Neolítico) como el Aziliense, el Asturiense, el Complejo Geométrico, el Tardenoisiense, el Castelnoviense o el Sauveteriense. Algo parecido debió suceder en los Balcanes. Aun no está claro si la posterior cultura megalítica se debe a estos pueblos residuales nórdico-blancos, a los nuevos invasores nórdico-rojos que llegarían en torno al Neolítico (opción acaso más probable, ya que existen precedentes orientales como el de Gobekli Tepe), o a ambos.
Tras una mezcla con elementos nórdico-rojos (cosa que explicaría el predominio del haplogrupo R1a en las zonas sujetas a las invasiones iranias) y en menor medida dináricos durante el Neolítico y la edad de los metales, la raza NB estará presente en las grandes invasiones indoeuropeas y en la expansión de las culturas patriarcales, agresivas, guerreras, solares y “olímpicas”. Como reducto de la herencia genética cazadora-recolectora europea originaria, quedó la bolsa nórdico-blanca de Germania y Escandinavia (sin contar comunidades en otros lugares, como los Balcanes, el norte de África o las Islas Canarias), en la que el tipo humano Cromagnon permaneció esencialmente idéntico hasta tiempos relativamente recientes. Aceptamos que los germanos de la época romana todavía se correspondían con un tipo nórdico-blanco puro o casi puro, ya que según Tácito:
Yo soy de la opinión de los que entienden que los germanos nunca se juntaron en casamientos con otras naciones, y que son una raza pura y no mezclada, sellada con un carácter propio y sin parecerse sino a sí mismos. De donde procede que un número tan grande de gente tienen casi todos la misma disposición y talle, los ojos azules y severos, los cabellos rubios, los cuerpos grandes y fuertes solamente para el primer ímpetu. (“Germania”, IV).
Los descendientes de estos individuos se cruzaron con la raza nórdico-roja y con dináricos (y, en menor medida, también con mongólidos y cónguidos), dando lugar a la población germánica moderna, predominantemente “castaña”. Hoy en día no quedan núcleos de sangre nórdico-blanca que se mantengan 100% puros. La única salida en este sentido sería la biotecnología, la biopolítica, la ingeniería biosocial y genética, y un programa de eugenesia positiva para rescatar la información hereditaria que permanece, oculta y mal combinada, en el pozo genético de la “raza blanca” moderna.
 Contexto actual: De todas las razas humanas originarias, la raza NB es la que ha llegado a nuestros días con mayor cantidad de individuos puros, en parte porque es la raza más joven, y en parte porque históricamente demostró más racismo que otras razas. Aunque es muy difícil encontrar NB puros (las fotografías del individuo que tenemos de ejemplo son auténticas joyas de la antropología física), la mayor pureza y proporción se encuentra en el sur de Suecia y este de Noruega, y se corresponde, grosso modo, con la distribución del haplogrupo I1. Sin embargo, numéricamente, encontramos más sangre nórdico-blanca en Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Holanda, Gran Bretaña, Alemania y algunos países del Este como Polonia, Bielorusia, Rusia, Lituania, Ucrania y otros. Tales gentes proceden casi siempre de oleadas germánicas relativamente recientes, como los bárbaros, los anglosajones, los vikingos y los normandos.
RAZA NORDICO-ROJA CENTROASIÁTICA (también llamada red nordidred race, raza roja, raza eurásida, raza de las nieves del Oeste o raza Brünn ―aunque hay diversas acepciones para el término “Brünn” y esta sólo es una de ellas. En adelante, raza nórdica roja o NR)
Este hombre, procedente del sur de Inglaterra, es un nórdico-rojo puro. Se aprecia el pelo naranja, las cejas escasamente pobladas, los ojos azul-oscuro y la piel completamente colorada. Nariz de puente nasal bajo y punta carnosa. Rasgos cuadrados, tendencia a la acumulación de masa corporal. Nótese una configuración facial más dura, más maciza, más ancha, más compacta y, si se quiere, más basta y más “en bloque”, que la raza nórdico-blanca: así como la raza NB inspira serenidad, ligereza, orden y equilibrio, la raza NR inspira cierta inquietud, más impulsividad, más brutalidad, más agresividad y fuerza explosiva, como mayor tendencia a la tiranía y a la brusquedad. Es también una raza más pasional, menos ágil y etérea que la nórdico-blanca y más densa, de mayor carácter y genio, así como de mayor fuerza bruta muscular, probablemente mayores niveles de testosterona y mayor apego a la Naturaleza —lo cual probablemente fue lo que les hizo desarrollar tantísimo la medicina natural y el conocimiento del cuerpo. Seguramente aquí jugaban las mujeres un papel destacado, de donde puede proceder el arquetipo de la “bruja”, que en tiempos antiguos era relacionada sobre todo con mujeres pelirrojas.
 Estatura: Media-baja (en torno a 1’65m).
 Constitución: Pesada y compacta. Huesos fuertes y anchos. Tendencia a la acumulación de masa corporal, ya sea en forma de músculo o grasa. Piernas cortas y fuertes. Cuello ancho, corto y fuerte. Hombros bajos (tendencia al desarrollo del trapecio)
 Ojos: Anchos y abiertos. Azul oscuro “marino”, pupila pequeña, distancia media entre ojo y ojo. Cuencas oculares grandes, cejas rectas, horizontales y muy escasamente pobladas. Arcos superciliares menos marcados que en la raza NB. Cejas prácticamente blancas.
 Nariz: Un poco más baja, más ancha, más redondeada y más carnosa en general que la NB. La clave de la nariz NR es, además de su punta más carnosa, que su “nacimiento” no está en la frente entre las cejas, sino más abajo, encontrándose hundido entre los ojos, teniendo la nariz un aspecto menos vertical y más bajo, compacto, agresivo y saliente cuando es vista de perfil.
 Orejas: Más finas y pequeñas que las NB.
 Boca: Labios extremadamente finos y de aspecto apretado, surco naso-labial estrecho.
 Dentadura: Recta, vertical, menos diferencias de altura y tamaño entre diente y diente que los NB. Tendencia a aumentar la separación entre dientes en las mezclas con dináricos. Esto puede ser debido a que se hereda una boca grande y espaciosa, que los dientes dinarizados no pueden “rellenar” del todo.
 Cabello: Naranja, liso. Tendencia a quedarse algo erizado.
 Vello corporal: Medio-escaso, aunque en las mezclas con dináricos el vello se vuelve muy denso, especialmente si se añade algo de conguización a dicha mezcla. Patillas y perillas bien pobladas. Tendencia a barbas y bigotes espesos.
 Piel: En los NR puros, el gen MC1R está desactivado, por lo que, a diferencia de los NB puros, no pueden producir eumelanina. Niveles altos de feomelanina. Piel roja, colorada o sonrosada, extremadamente sanguínea. En las mezclas con otras razas, el aspecto sanguíneo se concentra especialmente en el rostro, y dentro del rostro, en las mejillas, las orejas, la nariz y bajo los ojos. Las personas con tendencia a ruborizarse, ya iracundas, acaloradas o avergonzadas, tienen siempre un aporte nórdico-rojo. Igualmente, tienen mayor riesgo de contraer dolencias dérmicas cuando son expuestos al Sol más de la cuenta, ya que descienden de antepasados que rara vez recibían exposición solar debido a su necesidad de protegerse del frío con pieles de animales.
 Cráneo: Braquicéfalo, occipital plano, pero sienes prominentes. Mayor capacidad craneal y rostro más ancho que la raza NB. Esta raza ha desarrollado volumen cerebral hacia adelante (frontal) y hacia los lados (temporales).
Los nórdico-rojos puros son plano occipitales, lo cual, en combinación con su anchura de huesos temporales (sienes), los convierte en los braquicéfalos por excelencia, responsables de la forma craneal del tipo antes denominado “alpino”. Además de eso, hay tendencia a tener unos músculos nucales fuertes, un cuello ancho y a acumular grasa en la zona subnucal.
 Perfil del rostro: Muy vertical, ultra progresivo y muy recto (ortognato, ángulo facial muy abierto), más que en la raza NB.
 Frente: Muy alta y recta verticalmente ―de nuevo, más que los NB, que no la tienen perfectamente vertical.
 Mandíbula & mentón: Mandíbula fuerte, cuadrada, ancha y poderosa, mentón prominente y puntiagudo, rematado por una bola carnosa.
 Otros rasgos: Metabolismo acelerado, circulación sanguínea muy activa. Neotenia: aspecto muy juvenil cuya frescura se conserva mejor incluso que en los NB. Tendencia a la transpiración y sudoración.
Mayor sensibilidad al dolor (ver aquí). Los pelirrojos normalmente necesitan más anestesia (alrededor de un 20% más, aunque esto también puede deberse a que la metabolizan más deprisa) que el resto de personas. Esto cuadra bien con la idea de que los NR perdieron la pigmentación y la dureza de la piel a base de abrigarse con pieles de animales, cosa que hizo que sus tejidos cutáneos se acabasen pareciendo a los tejidos subcutáneos y perdiesen su dureza. Otros estudios sugieren mayor sensibilidad al dolor térmico y menor sensibilidad al dolor eléctrico.
Facciones faciales en general duras e incluso de aspecto cruel, arrogante y
amenazador.
Mayor tolerancia a la lactosa y al alcohol que cualquier otra raza, lo que indicaría que los NR fueron los primeros en adoptar el consumo de leche y bebidas alcohólicas. Aquí vale la pena un inciso explicando que lo que hoy se vende en los supermercados es cualquier cosa menos “leche” propiamente dicha.
Las pecas no son patrimonio de la raza NR, ni de ninguna otra raza en estado puro. Sí son comunes en los nórdico-rojos mezclados con NB dinarizados. Hay que recordar que las pecas (como los lunares) son pequeñas manchas de feomelanina o eumelanina. La piel pálida-lechosa incapaz de producir melanina tampoco se corresponde con un modelo racial puro, sino con una mezcla de NR + NB, con predominio del lado rojo.
La raza NR dinarizada ve cómo su cabello naranja se oscurece convirtiéndose en rojo y luego en castaño rojizo, mientras que las mezclas con la raza NB aportan un color rubio encendido, similar al color del fuego.
Los ojos verdes tampoco son patrimonio de ninguna raza pura, sino de mezclas: los ojos verdes son realmente ojos marrones de baja pigmentación (lo mismo puede decirse de los ojos “miel”), mezclados con ojos grises y marinos. Ya hemos visto cómo los verdes responden a un OCA2 “poco activo”, mientras que los ojos azules, y especialmente grises, responden a un OCA2 “desactivado”.
 Linajes paternos (Y-DNA): R (R1a, relacionado con los eslavos y los indo-iranios, y el R1b, haplogrupo predominante en Europa Occidental). Cabe una posibilidad de que estos linajes sean dináricos. Otros candidatos posibles para linajes paternos NR son el I2b1 y el G.
Distribución del linaje R1a, el más común en los países de Europa del Este. Este haplogrupo, que parece tener sus picos europeos en la Urheimat de los pueblos eslavos, está también claramente relacionado (por ese “rastro” y ese “estanque” acumulado en Irán, Afganistán y algunas ex-repúblicas soviéticas) con las invasiones indo-arias. Fuente: Eupedia.com
La frecuencia, por regiones, del linaje R1a —asociado a los pueblos eslavos, iranios e indo-iranios. Nótese que este haplogrupo tiene su mayor concentración en lugares que se consideran Urheimat de los pueblos eslavos, como Polonia, Ucrania, Bielorusia y el sur de Rusia. Nótese también cómo hay un brusco descenso de las concentraciones de R1a en naciones (Serbia, Bulgaria) que, a pesar de considerarse de herencia eslava, entraron en contacto con otros pueblos (ilirios, bizantinos, etc., mientras que los tracios y dacios eran seguramente de linaje I) y estuvieron sometidas al Imperio Otomano. En ese contexto, véase la diferencia entre Croacia y Bosnia, o entre Ucrania y Rumanía. En España es probable que los pocos aportes R1a hayan venido de la mano de los alanos y de los posteriores mercenarios eslavos empleados por el califato de Córdoba, así como de musulmanes con sangre persa. Otro interesante detalle es la frecuencia de R1a en países que, como Siria o Irán, estuvieron bajo dominio persa y por tanto recibieron un flujo iranio importante. Los picos máximos del linaje R1a se encuentran entre las castas brahmánicas de algunas regiones del norte de India, que no aparecen en el mapa.
Mapa de la distribución del sublinaje R1a1a en Eurasia.
Click para agrandar. La distribución del haplogrupo R1b en Europa. Fuente: Eupedia.com
 Linajes maternos (mtDNA): HV, H, V.
La distribución aproximada del linaje materno H. Irradiando desde España, este haplogrupo se va perdiendo cuanto más al sur y al este de la Península Ibérica.
· Mitología: Esta raza humana estaría relacionada con lo que la mitología trata como “Atlántida”, situada supuestamente en algún punto al Oeste de Europa. Según la tradición, Atlántida era una civilización avanzada que degeneró y fue castigada por los Dioses, que la sumergieron en el mar. Esta teoría puede desecharse o aceptarse (no hay suficiente evidencia ni para lo uno ni para lo otro), pero sí parece claro que las variedades rojas tienen su punto fuerte en las naciones con costa cara al Atlántico.
En la mitología germánica, esta variedad se correspondería con el clan divino de los Vanir o Vanes, un grupo de dioses de la magia, del amor, de la salud y de la Naturaleza.
 Espiritualidad: Relacionada con la Naturaleza. Culto al Sol y observancia de sus ciclos. Adoración por los espíritus del agua, del aire, del fuego y de la Tierra. Abundancia de construcciones “fálicas” relacionadas con los astros. Esta raza parece más dotada que la raza NB para los asuntos de esoterismo y “magia”. Dioses de la tierra, la vegetación, las aguas, los hogares y las familias.
· Ritos funerarios: Esta raza, gran conocedora de la medicina y la anatomía, parece más orientada a la conservación de los cuerpos de los difuntos (tenemos también las cabezas cortadas como trofeos de los guerreros celtas). Las construcciones de túmulos o tumbas subterráneas de algunas antiguas culturas europeas en cuyo interior se depositaba el cuerpo del muerto, especialmente de grandes líderes (quizás con la esperanza de mantenerlos simbólicamente “hibernando” hasta que despertasen en un futuro momento de necesidad para su pueblo), son ejemplos de esto, de donde procede el mito del “rey dormido” (que muchas veces es un pelirrojo, como el Rey Arturo o como Barbarroja) y la doctrina de resurrección del héroe. Los egipcios llevaron esto al extremo con sus inmensas pirámides y refinados procesos de embalsamamiento y momificación. Encontramos momias pelirrojas no sólo en Egipto, sino también en China, en Sudamérica y en Nueva Zelanda, aunque puede ser complicado determinar si las momias encontrados en turbas son o no pelirrojos, dado que la mayoría de ellas cogen ese color por las propiedades de las turbas.
 Psicología, idiosincrasia y carácter racial: Psicológicamente es una raza “poco equilibrada”. Gran Memoria, amor por la Naturaleza, ellos forman parte de la naturaleza, patriotismo, ostentación, creatividad, apego a la tierra natal, inteligencia, diplomáticos, ingenio, personalidad impredecible, tendencia a los ataques de cólera, propensión a los excesos en materias de violencia, pero también a una alegría desbordada. La medicina tradicional occidental tenía a los pelirrojos por individuos de temperamento “sanguíneo”, mientras que la antigua medicina Ayurveda de India los describe de tipo Pitta (relacionado con el fuego; prueba además de que el pelo rojo no era desconocido en India y que hubo pelirrojos en la migración indo-irania). Fuerza, dureza, ferocidad, carácter muy desarrollado, individualismo, temperamento, gran memoria. Esta raza sin duda es la raza de la pasión, del fuego, de la ira, del genio, de los extremos e incluso de cierta crueldad.
Una forma de ser más ruidosa y dionisiaca que los nórdicos-blancos, que es uno de los motivos por el que los españoles solemos decir que encajamos mejor con los irlandeses (con gran herencia nórdico-roja) que con poblaciones de mayor aporte cultural y genético nórdico-blanco y más “serias” ―como por ejemplo los ingleses, alemanes o escandinavos.
A juzgar por bastantes yacimientos y momias, y por las descripciones de los pictos escoceses (esencialmente rojos), parece que esta raza era dada a los tatuajes (incluso en la cara) y a las pinturas corporales, utilizando un pigmento azul que en Escocia era llamado woad.
 Distribución: Esta raza tiene su núcleo más puro en Escocia y el norte de Inglaterra, relacionada con el R1b (hay más R1b en otras zonas, pero está también más mezclado en sus vías autosomales o no-directas). En España, el núcleo R1b-raza roja más puro que existe bajo el punto de vista de la antropología física, se encuentra en Navarra. El R1a no tiene un núcleo puro conocido al nivel del R1b.
Como curiosidad, la distribución y abundancia de pelirrojos podría estar vagamente relacionada con el grupo sanguíneo 0 y el Rh -, abundante en el oeste de Europa y menos abundante cuanto más al Este.
Distribución de la genética nórdico-roja por países. Oscuros los países con mayor cantidad y/o pureza de genética nórdico-roja. Así como la distribución de la genética nórdico-blanca está bastante clara y no tiene pegas por lo general, este mapa necesita algunas explicaciones. Por un lado, hay infiltraciones rojas bastante profundas en África, comprobadas por análisis genéticos. En Camerún, por ejemplo, hay una cantidad nada desdeñable de linajes paternos R1b, aunque es obvio que, como en el caso de los sudamericanos mestizos, está extremadamente mezclado. Probablemente lo que más sorprenda es que haya genética nórdico-roja en Asia Oriental, pero no es tan difícil de creer viendo las tendencias que tienen algunos de sus habitantes, especialmente los mongoles, japoneses, manchúes y coreanos, pero en general en toda la zona, a la piel clara y al sonrojamiento, así como a una estatura algo mayor que la de los tipos más “amarillos” y más del tipo “vietnamita” o “cantonés”. También hemos de recordar los casos de momias pelirrojas halladas en China —que confirman la penetración europea en esa tierra— y la presencia de antiguos linajes R1a en Mongolia. Más información sobre estos asuntos en el artículo sobre Asia Central.
 Breve historia: La raza nórdico-roja tendría una antigüedad de entre 50.000 y 30.000 años. Parece claro de momento que los haplogrupos R proceden de uno o varios linajes de la raza dinárica, de la que mutaron y evolucionaron. Lo más probable es que las cordilleras montañosas glaciadas de Asia Central (por ejemplo, el Altai, el Hindu Kush, Tien-Shan, Pamir, Kunlun o Sayan) actuasen de barrera natural cortando la retirada hacia el Sur, y obligando a los clanes NR a permanecer confinados en una bolsa genética de clima fortísimamente hostil, aunque de buena caza.
Este es el aspecto que debió tener Asia Central durante la última glaciación. Hacia el Norte, las condiciones eran cada vez más duras hasta toparse con el manto polar. Hacia el Sur el camino estaba cortado por las montañas glaciadas. En esta bolsa intermedia pudo forjarse la raza nórdico-roja. A modo orientativo, se marca en azul los yacimientos de Teshik-Tash y Okladnikov (hombre de Neandertal) y en rojo el de Denisova (hombre de Denisova).
Del haplogrupo dinárico P, derivan tanto el Q como el R. Dichos linajes se originaron en Siberia-Asia Central, desde donde los Q se dirigirían al Este hasta cruzar el estrecho de Bering y colonizar América. Los R fueron al Sur y al Oeste hasta mutar a R1 y R2 (en torno a Afganistán). El R2 permanecería en India, mientras que el R1 se dividiría en R1a (hacia las estepas del suroeste de Rusia) y R1b (hacia Mesopotamia).
El árbol filogenético sugerido de la raza nórdico-roja por el Y-DNA. No es posible establecer cuál fue el primer haplogrupo nórdico-rojo, aunque probablemente fue el R. De ser el P, el Q sería también nórdico-rojo y su nexización y mongolización serían posteriores y debidas a mezclas. También es posible que dichos haplogrupos fuesen originariamente “pseudo-rojos”. Valg considera que otro posible candidato a linaje rojo es el G. Como se ve, dejamos abierto el interrogante de si el recientemente descubierto hombre de Denisova (sur de Siberia) tuvo algo que ver en la conformación del tipo racial NR. Lo mismo se podría decir de la raza neandertal de Asia Central. Otro interrogante es el nexo antropológico-físico que hay entre los nórdico-rojos y ciertas etnias del haplogrupo D (Islas Andamán, etnia ainú, Tibet, lo veremos en un artículo futuro), que sugiere un posible intercambio genético en tiempos anteriores a la formación de la raza NR.
Los R1a se expandieron por las estepas rusas, el este de Europa y más tarde, con las invasiones indoeuropeas, y ya con aportes tanto nórdico-blancos como dináricos, también por Asia, y se asocian a los eslavos, los iranios y los indo-iranios.
La historia de los R1b es algo más compleja. Tras su periplo a través de todo Oriente Medio, los R1b llegaron al corredor del Danubio desde Anatolia. En Europa, los antiguos territorios de caza de las comunidades Cromagnon (salvo seguramente los de la zona bosnia-croata) estaban desiertos: la raza nórdico-blanca, identificada con el hombre de Cromagnon, el horizonte arqueológico de la Cultura Magdaleniense y los haplogrupos I1, se había desplazado al Norte con el deshielo. Los R1b, pues, se multiplicaron en Centroeuropa y acabaron ocupando la bolsa franco-hispana. Posteriormente fueron colonizando toda Europa Occidental, entrando en contacto con los nórdico-blancos y mezclándose con ellos.
Click para agrandar. Fuente: Eupedia.com. Este mapa muestra el recorrido migratorio del R1b, desde sus orígenes como R1 en lo que hoy es Afganistán, hasta Europa Occidental, pasando por Irak, desempeñando sin duda un importante papel en la aparición del Neolítico (su llegada a Israel coincide con la aparición de la Cultura Natufiense, considerada antepasada directa del Neolítico) y lanzando en África una migración perdida hacia el norte de Camerún, en donde algunas etnias conservan rasgos nórdico-rojos verdaderamente sorprendentes. También resulta curiosa esa proyección de R1b1b1 hacia China. Valga decir también que seguramente las migraciones de R1b hacia el oeste de Europa no hayan sido exclusivamente danubianas, sino que también hayan tenido lugar por la costa mediterránea, ya por tierra o ya por navegación de cabotaje. Para explicar el recorrido del R1a, pensemos en una flecha partiendo desde la sede originaria del R1 (en naranja) y desembocando en una zona de multiplicación entre el norte del Mar Negro y el norte del Mar Caspio. Desde allí, y ya con mezcla nórdico-blanca (la Arqueo genética ha demostrado la presencia de haplogrupos maternos U en la Rusia europea desde el Paleolítico), el linaje se extendería por el Oeste hasta Polonia, y por el Este a través de la estepa de Kazajstán hasta la órbita de Cachemira. Desde allí, una rama se dirigirá a Irán dando lugar a la civilización persa, mientras que otra acabará en el Indos, donde destruirá las ciudades de la civilización del Indos (principalmente haplogrupos L y R2, es decir, dináricos y nórdico-rojos) y fundará la civilización védica.
Dudamos en si fueron los nórdico-rojos o los nórdico-blancos los que tuvieron el papel predominante en la cultura megalítica (pensemos en Stonehenge en Gran Bretaña y Carnac en Francia). Lo que está claro es que tuvieron una influencia decisiva en Francia, España, Gran Bretaña, Irlanda, Fenicia y Palestina, en el norte de África y también, muy mezclados con dináricos, en el antiguo Egipto (ver el artículo sobre Egipto, comparar Karnak con Carnac). Pensamos que la cultura y el idioma vascos, a pesar de contar con aportes ugrofineses, podrían ser los últimos vestigios culturales de la raza roja.
Mezclada con nórdicos blancos y dináricos, la sangre nórdico-roja estuvo presente en la formación de India, Persia, Grecia y Roma. Se encuentra su herencia en zonas tan lejanas como Siberia Oriental, Mongolia (Genghis Khan era un blanco pelirrojo alto y de ojos azules, y a día de hoy hay cantidades no desdeñables de haplogrupo R1a en Mongolia), China (momias pelirrojas, rasgos nórdico-rojos residuales en muchos chinos modernos), Norteamérica (los si-te-cah, anteriores a la llegada de los posteriores “mongoloides”), Sudamérica (momias pelirrojas) e incluso la Isla de Pascua (documentada por Thor Heyerdahl). Con el tiempo, y tras mezclas, los NR  tuvieron también mucho que ver en la configuración del elemento “celtíbero” y del Imperio Español, como también del Imperio Británico.
 Contexto actual: La raza nórdico-roja se corresponde con el tipo humano corpulento, de baja estatura, braquicéfalo y piel colorada o rosada. Tienen fama de gentes arrojadas, muy dadas a excederse en asuntos de cólera, temperamento, arrebatos e impulsos en general. Es conocida la importante herencia que tiene la raza roja en Escocia, Irlanda, Gales e Inglaterra. En España hay mucha sangre nórdico-roja, pero se encuentra bastante más diluida que en los lugares mencionados. Aun así, es muy común en España el caso de personas con reflejos rojizos en la barba. Lo mismo reza, en bastante mayor medida, para todo Próximo Oriente y Oriente Medio. Puede decirse que esta raza constituye el fundamento de las naciones de Europa Occidental que tienen herencia céltica. La órbita nórdico-roja más pura se encuentra en las Islas Británicas, Noruega, Islandia en menor medida, y en los países (Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda) que acogieron a gentes procedente de estas tierras.
Sobre el supuesto matriarcado de la raza nordico-roja
Parece claro que, en la época de expansión de la raza nordico-blanca, las poblaciones indígenas de Europa (por ejemplo, etruscos, pelasgos y minoicos), entre las cuales había una importante influencia roja, eran esencialmente matriarcales. Esto ha hecho que muchos asuman que la raza nordico-roja es naturalmente matriarcal. Como no coincido con ese juicio por muchas razones, voy a aportar mi opinión al respecto, y que cada cual extraiga las conclusiones que crea oportunas.
Las construcciones de la raza roja —como las estructuras megalíticas— denotan una orientación celeste, y por tanto no concuerdan con la orientación telúrica (cuevas, laberintos) de las construcciones típicas del Matriarcado. Por ejemplo, Stonehenge está alineado con la salida del Sol en los solsticios (el Matriarcado
otorga preeminencia a los ciclos lunares, mientras que los cultos solares son considerados una herencia patriarcal) muchas otras construcciones (Carnac, las pirámides de Egipto) están alineadas con los astros y, en todo caso, todas tienen una conformación vertical y, por lo tanto, viril. Otras señales patriarcales aparecen en pueblos como los etruscos (la figura del Rex, los hombres desnudos y las mujeres vestidas, la importancia concedida al rayo, y por lo tanto al Cielo, en su religión, etc.) y los minoicos (el signo del Labrys
―hacha de doble filo―, representante de la cultura nórdica), en los cuales vemos restos de una organización patriarcal. Los íberos, plagados de influencia roja y probablemente gobernados por élites rojas y/ o cromañoides o proto-nórdicas [8], eran eminentemente patriarcales, aunque ya con algunas penetraciones
culturales matriarcales. Asimismo, otros grupos donde la raza roja está fuertemente representada, han sido patriarcales de toda la vida: los escoceses celtizados (partícula Mac- en el apellido para denotar la paternidad, importancia del clan) pero en cambio los pictos eran matriarcales.
Nota: Egipto era un país gobernado por una casta principalmente Dinárica mezclada con elementos
principalmente Nordico-blancos 
que los genetistas parecen relacionar con el Haplogrupo T y minoritariamente Nordico-rojos. Egipto era un Patriarcado, el Faraón ostentaba el mando político, militar y religioso, el Sol era el objeto de culto preferido, las priámides se erguían orgullosa y verticalmente por encima la horizontalidad de las arenas del desierto y fue sólo mucho más tarde, en la decadencia helenística, que comenzaron a proliferar cultos de salvación “subterráneos” de carácter matriarcal procedentes de Noráfrica y Asia Menor.
El labrys, hacha de doble filo, estaba presente en la civilización minoica (3000-2000 AEC), una cultura considerada matriarcal. Sin embargo, el hacha doble es un símbolo masculino relacionado con el martillo, el rayo, el cielo y la fertilidad del varón, y que procede de las proto-civilizaciones arias del Este de Europa (el Kurgán y la Cultura del Hacha de Combate del Volga, por ejemplo) y por tanto seguramente del haplogrupo R1a, un linaje rojo. Sin embargo, está demostrado que los minoicos tuvieron mezcla con linajes no-europeos que constituían la mayor parte de su población, de modo que, aunque Minos fuera posiblemente fundado como un Patriarcado, con la mezcla de genética no-europea iría tendiendo cada vez más hacia el Matriarcado. En mi opinión, lo mismo puede decirse de los etruscos, que también tenían reminiscencias patriarcales, o, a la sazón, de muchos pueblos pre-indoeuropeos matriarcales donde el R1b estaba fuertemente representado.
¿Qué es lo que pienso yo por tanto? Mi opinión es que los nórdicos rojos eran originariamente patriarcales, y que sólo tras cruzarse demasiado con elementos dináricos (J, G, N3, etc.) y negroides (E3b, congoide), apareció el Matriarcado (y otros asuntos como los sacrificios humanos) entre algunas de estas gentes (como acabó apareciendo entre los vascos, los etruscos, los pelasgos y los minoicos). Como es sabido, pasó exactamente lo mismo con algunos grupos célticos: siendo originalmente patriarcales, algunos acabaron en el Matriarcado por culpa de las contaminaciones no-europeas (o el haber entrado en contacto con
nórdicos rojos que habían sufrido estas bastardizaciones orientales y sureñas). Y la historia se repite: llegan más oleadas indo-europeas (romanos, germanos) y ponen fin a la degeneración… sólo para acabar cayendo en la misma trampa cuando el tiempo pasa y la mente se relaja, que es lo que está volviendo a pasar hoy en
día con la estrogenización generalizada de la Civilización Occidental. De este modo, el Matriarcado no se correspondería con la raza nordico-roja, sino con variedades dináricas, mongoloides y negroides que bastardizaron a ésta. Describiré el caso dinárico más abajo para aportar mayor evidencia y completar
el cuadro que presento.
Si algunos celtas adoptaron el Matriarcado al entrar en contacto con otros pueblos, no hay ningún motivo para pensar que no pasó lo mismo anteriormente con los mencionados nórdicos-rojos originarios cuando estos entraron en contacto con pueblos procedentes de Noráfrica y Próximo Oriente, y más teniendo en cuenta el carácter duro de esta raza.
Este es un tema que puede quedar abierto al debate.
RAZA DINÁRICA(también llamada raza arménida o armenoide, raza centrálida, raza de las montañas, Dinarid race o raza néxida). En artículos subsiguientes llamaré a esta raza “armenoide”
Individuo de la comunidad armenia de Siria. El antropólogo alemán Hans F. K. Günther nos legó(“Rassenkunden Europas”) esta excepcional fotografía de un tipo que él denominó “armenoide” o “próximo-oriental” y que Valg prefiere llamar “dinárico puro”. Casi todo europeo, incluyéndome a mí mismo, está
dinarizado en mayor o menor medida. Perfil en cuña, frente huidiza y estrecha, nariz enorme, muy estrecha y de puente nasal muy alto (prácticamente a la altura de las cejas), mandíbula débil, mentón retraído, dolicocéfalo, bóveda craneal muy alta, constitución grácil. En sociedades multirraciales es oportunista, materialista y rapaz, también astuto, soñador, nervioso pero calculador, afanado por competir con las razas nórdicas, por las que no quiere ser desplazado. En Europa no se puede decir que queden dináricos tan puros como éste (ciertas zonas de los Balcanes y de Italia serían los núcleos de mayor pureza), sino individuos “dinarizados” en mayor o menor grado, que somos la inmensa mayoría. Como se adivina, esta es la raza que predomina, mezclada con otras, en el pueblo semita. Sin embargo, también predomina en muchas otras etnias.
 Estatura: Media-baja.
 Constitución: Delgada, grácil. Resistencia a la escasez. Extremadamente fibroso. Vascular (venas a flor de piel). Sus mezclas tienen tendencia al encorvamiento.
 Ojos: Marrones, pupila mediana, poca distancia entre ojo y ojo.
 Nariz: Grande y aguileña, estrecha y de arco afilado. Como se ha dicho, una teoría es que la selección natural moldeó la nariz de esta raza con el objetivo de humedecer el seco aire del desierto antes de introducirlo en los pulmones, mientras que otra sostiene que desarrollaron grandes fosas nasales para absorber más oxígeno en el enrarecido aire de las montañas, lo cual es más probable, ya que durante la última glaciación, Próximo Oriente no era una zona desértica. La nariz grande y aguileña no es un rasgo exclusivamente semítico, sino que se debe siempre a la dinarización (la nariz semítica típica es más ancha y carnosa debido a la influencia cónguida y NR). Hay que recordar que, si no fuese por la influencia de la nariz dinárica aguileña, muchos habitantes “mediterráneos” del sur de Europa tendrían la nariz chata de los cónguidos. La nariz “ganchuda” de ciertos tipos viene a darse en mezclas de nórdico-rojos con dináricos principalmente.
 Orejas: Grandes. Más alargadas y redondeadas que ambas razas nórdicas. Tendencia a apuntar hacia fuera.
 Dentadura: Boca pequeña, dentadura estrecha y “ondulada” (diferencias de altura entre diente y diente). Mordisco en forma de V.
 Cabello: Negro, grueso, espeso y liso-ondulado, algo espeso, probablemente bastante graso. El pelo rizado se corresponde con influencias negroides, por mínimas que sean. Tendencia a las entradas.
 Vello corporal: Abundante. Bigote muy poblado.
 Piel: Marronosa, marrón claro, aspecto limpio y uniforme. Gen MC1R activo, tendencia al bronceo.
 Cráneo: Dolicocéfalo de tipo dinárico, con una curvooccipitalia más elevada y de orientación más vertical que la del nórdico-blanco (se trata de la característica dolicocefalia del tipo esquelético “mediterráneo grácil”). Bóveda craneal muy alta. Cuando visto de frente o desde atrás, da la impresión de un cráneo algo puntiagudo. Esta raza ha desarrollado capacidad craneal hacia arriba y hacia atrás, y, como pasó en el caso de los neandertales, la frente huidiza encontró su contrapartida en una zona parietal voluminosa.
Los faraones egipcios Ramsés II y Seti II, a pesar de tener otras influencias raciales (por ejemplo, Ramsés era pelirrojo), son claramente de base racial dinárica, y muestran, cada uno a su manera, predominios de la típica curvoocipitalia elevada de esta raza.
 Perfil del rostro: Forma de cuña con punta en la nariz, perfil “ratero” o de “tiburón”, primitivesco. Proyección de las partes centrales de la cara (nariz) y retraso de las partes periféricas de la misma (barbilla, frente, pero también zonas del eje horizontal, como los pómulos y los arcos zigomáticos). Si colocásemos el rostro dinárico mirando cara arriba, se acercaría a la forma de un cono con punta en la nariz. Por ello, la forma de cuña no sólo se manifiesta al ver al dinárico de perfil, sino también al verlo desde arriba o desde abajo. Rostro largo cuando visto de perfil (gran distancia entre nariz y oreja).
Si observamos este perfil del ejemplo puesto y lo comparamos con los anteriores, observamos cómo el ángulo facial se ha cerrado y cómo la línea recta vertical se ha convertido en una cuña “aerodinámica”. En cierto modo, esta raza hereda el prognatismo subnasal de los neandertales, pero subiendo el centro de máxima proyección frontal (la punta del ángulo) desde la dentadura hasta la punta de la nariz, convirtiéndolo en nasal. La dinarización se manifiesta en el perfil en cuña, o en rasgos separados como la frente inclinada hacia atrás como una rampa, la tendencia a la nariz aguileña, el puente nasal alto, la bóveda craneal y/o la zona parietal abultadas hacia arriba, o el mentón retraído hacia atrás, como también en una mitad inferior del rostro con aspecto triangular cuando es visto de frente. El rostro de aspecto fino, “puntiagudo”, “aerodinámico” y huesudo, es de herencia dinárica, cosa que abunda mucho en China, donde los rasgos dináricos más característicos (como la nariz) han quedado desdibujados por la mongolización (ya que se trata de razas en cierto modo opuestas morfológicamente, que se anulan con facilidad), pero donde es patente sin embargo la mitad inferior triangular y la “finura” del rostro. Esto concuerda con el hecho de que en China el linaje paterno predominante sea el O, un haplogrupo dinárico.
 Frente: Huidiza (inclinada hacia atrás).
 Mandíbula & mentón: Mandíbula fina y pequeña, con forma de triángulo invertido cuando vista de frente, en contraste con el maxilar ancho y cuadrado de las razas nórdicas. Mentón retraído y poco desarrollado.
 Otros rasgos: Rostro “aerodinámico”, no solo en el eje vertical, sino también horizontal. Partes centrales del rostro proyectadas hacia adelante (con su cumbre en la nariz), partes periféricas retrasadas. Rasgos faciales afilados, puntiagudos, secos y angulosos. Tendencia a las “entradas” en el cabello.
 Linajes paternos (Y-DNA): F, G, H, J, K, L, M, N, O, P, Q, S, T. Las ramas LT y MS son dudosas en cuanto a su filiación racial, es posible que se trate de razas diferentes, derivadas de la dinárica y aun no identificadas. Valg ha notado también una laguna en los linajes J, ya que Yemen, la zona donde estos haplogrupos alcanzan su mayor frecuencia, no se trata de una zona particularmente dinarizada, y en cambio existe una influencia NR o pseudo-NR. De ser así, podríamos estar ante un posible nexo entre la raza NR y la NB.
Procedencia sugerida de los dináricos por linaje paterno. De nuevo, no sabemos cuál fue el primer haplogrupo dinárico. La primera opción es que fuese el F, que se habría formado después de que los CF (proto-khoisánidos) se mezclasen con la raza neandertal del Este. Ello implicaría que todos los haplogrupos derivados del F serían néxidos, salvo los nórdico-blancos, los nórdico-rojos y quizás las ramas LT y MS. La segunda opción es que el F aun fuese proto-khoisánido y que la mezcla neandertal tuviese lugar sólo en una de sus ramas. Así, el GH y sus derivados serían haplogrupos aun khoisánidos o proto-khoisánidos, mientras que el IJK sería el primer haplogrupo néxido.
Este interesante mapa combina la distribución de todos los linajes J, que parecen tener su núcleo fuerte en el núcleo yemení, al suroeste de la Península Arábiga. Los J son considerados los haplogrupos semíticos por excelencia.
Aquí cada mapa se corresponde con un sublinaje diferente del haplogrupo J. Notable el segundo de la primera fila, el J1, que es el haplogrupo paterno típico de las familias sacerdotales judías Cohanim, y que tiene sus mayores concentraciones en el desierto de Sinaí, Egipto y el sur de Israel (“Judea”).
Este mapa muestra la distribución del G2a, el linaje paterno al que pertenecía Stalin (G2a1a). Aunque hemos considerado al G como dinárico de momento, Valg considera que podría ser khoisánido o NR. Fuente:Eupedia.com
Frecuencias de J2 en Europa y Próximo Oriente. Fuente: Eupedia.com
 Linajes maternos (mtDNA): A, B, F, I, J, N, P, Q, R, S, T, X, Y. Hay que notar que en Europa los linajes dináricos maternos son muchísimo más abundantes que los linajes dináricos paternos.
 Espiritualidad: Relacionada con la Tierra y el hogar. Culto a una vida larga y próspera. Tendencia al ascetismo. Fanatismo, intransigencia, sacrificios humanos.
 Psicología, idiosincrasia y carácter racial: Gusto por el beneficio personal inmediato, amor por lo práctico a corto plazo, gran astucia y sagacidad, calculadores, predisposición para la inteligencia materialista, el comercio, la diplomacia y la búsqueda de ventajas personales. Facilidad para intuir y prejuzgar a las personas, gran habilidad para captar las debilidades de un individuo, en contraste con la mayor inocencia y despreocupación de las razas nórdicas. En entornos civilizados  multirraciales, tráfico de esclavos, trata de blancas, contrabando, piratería, comercio legal o ilegal, vocación para el “crimen organizado”. Aventureros, emprendedores, predisposición a los levantamientos súbitos, audaces, buen carácter a nivel general pero ocasionalmente muy coléricos, pasionalidad enérgica, profunda y turbulenta, un nerviosismo e impaciencia considerables en comparación a las razas Nórdicas, toscos, ásperos, sentido del humor, ingenuo apego a la patria y un sentimiento nostálgico.
Con diferencia, raza más débil y con menos aptitudes militares que cualquiera de las razas nórdicas, los dináricos estaban probablemente más acostumbrados a abrirse paso mediante la diplomacia, el comercio, las alianzas e incluso la traición, que gracias a la fuerza bruta como la gente del Norte (Este tipo de comparaciones sería siempre a partir del surgimiento de las dos razas boreales)
Raza con tendencia a las comunidades gregarias y al apiñamiento. Formas de sociedad masificadas y pseudo-comunistas como los Nordico-Rojos. A diferencia de los nordico-blancos, predisposición para la vida urbana y la muchedumbre.
· Ritos funerarios: Enterramiento de los muertos, con lo que consideran que devuelven al hombre de la única matriz de la que procede (la Tierra) ―lo cual dice mucho acerca de su olvido del “Cielo”(nordico-blancos) y
del “espíritu de todos los entes de la naturaleza”(nordico-rojos), y “constituye” otro “argumento” más a favor de la teoría del matriarcado dinárico, que veremos más abajo. Otras variaciones consisten en exponer los cadáveres a carroñeros hasta que los esqueletos quedasen limpios, después de lo cual se enterraban.
· Mentalidad: Relacionada con la Tierra. Politeistas y algunos reverencian especialmente a sus ancestros. Culto a una vida larga. Posible adoración a la Luna por parte de algunas etnias.
 Distribución: Esta raza, mezclada como está, es inmensamente prolífica, encontrándose en toda Europa, Noráfrica, y de Próximo Oriente hasta India, pasando por Asia Central. Sus núcleos más puros se corresponden con la órbita armenia, Siria, los Balcanes e Italia.
Distribución de la genética dinárica por países. Oscuros los países con mayor cantidad y/o pureza de genética dinárica. Una de las cosas que sorprenderá de este mapa es el nivel similar de dinarización de Noráfrica y las naciones del sur de Europa. Sin embargo, puntualicemos: en Noráfrica la sangre dinárica está mezclada principalmente con variedades negroides, mientras que en Europa está mezclada principalmente con las razas nórdicas. También se verá la penetración dinárica en China. Aunque en este país (y siempre según regiones y etnias) los rasgos dináricos no se manifiesten tan patentemente (la mongolización “desdibuja” mucho los rasgos dináricos al ser bastante “opuestos”), lo cierto es que predomina el haplogrupo paterno O, que es un linaje dinárico. De modo que tenemos una zona donde las vías directas paternas son dináricas, pero las contribuciones autosomales o indirectas están por supuesto plagadas de genética mongólida y, en menor medida, nórdico-roja.
 Breve historia: Los dináricos se originaron hace unos 60.000 años a partir de la raza proto-khoisánida (un modelo humano primitivo procedente de África, del cual quedan pocos vivos, y menos puros). Esta raza proto-khoisánida, procedente de África oriental, de constitución extremadamente delgada y perfil facial vertical, pasó a la Península Arábiga y a Próximo Oriente, donde recibió aportes genéticos procedentes del hombre de Neandertal. Después, la mezcla debió estabilizarse, actuó la selección natural sobre ella, hubo mutaciones y cambios en sus funciones de adaptación y finalmente quedó acuñado el tipo racial dinárico.
El territorio de desarrollo y expansión de la raza dinárica. Están marcados los principales núcleos neandertales-orientales a modo orientativo. El más importante es el de Israel, que agrupa muchos yacimientos distintos, desplegados en un mapa más abajo. Según los linajes paternos, el CF, que era proto-khoisánido, derivó por un lado al C (dando lugar al C3 y a la raza mongólida) y por otro lado al F, dando lugar a la raza dinárica y todos sus linajes, incluyendo las razas nórdicas, que seguramente descienden de ella. Los dináricos, pues, tendrían su origen en algún lugar de Próximo Oriente, probablemente en conexión con yacimientos neandertales del Mediterráneo Oriental.
La raza dinárica tuvo un éxito arrollador, manifestado en la dispersión de sus linajes en innumerables ramas, y en la difusión de sus rasgos antropológico-físicos por absolutamente todos los continentes. Su diversificación fue tal que dudamos en si pudo dar lugar a la formación de otras razas (especialmente en la rama LT y MS) no identificadas.
Los dináricos se corresponden con la gran masa social de las primeras civilizaciones humanas en Próximo Oriente. Se corresponderían también con los llamados “europeos neolíticos” (los famosos “mediterráneos gráciles y dolicocéfalos” encontrados en los yacimientos agrarios), relacionados con culturas procedentes de Próximo Oriente que comenzaron a penetrar en Europa hace unos 8.000-7.000 años (por ejemplo, la de la Cerámica Cardial).
El origen del haplogrupo J2 (considerado a veces “arábico”) podría ser una buena referencia para situar laUrheimat de los semitas, desde la cual los dináricos penetraron en Europa. También puede ser orientativo para situar a los semitas primigenios (el J2, después del J1, es el haplogrupo típico de los Cohanim o Cohen, una de las familias sacerdotales judías). Los minoicos y etruscos también tenían alta frecuencia de este haplogrupo.
Las mencionadas culturas neolíticas se extendieron por todo el Mediterráneo mezclándose con los nórdico-rojos, y penetraron por el corredor del Danubio, que les llevó a Centroeuropa (lo que hoy son Hungría y Austria, donde entraron en contacto con los nórdico-blancos y se mezclaron con ellos; también hubo este tipo de mezcla en los Balcanes). Se cree que los etruscos, los minoicos (culto al toro reminiscente de las poblaciones orientales), los fenicios y los cartagineses eran predominantemente de haplogrupos J, aunque parece que sus castas dirigentes debían estar más mezcladas con R1a y R1b (nórdico-rojos), y habría cierta cantidad de E1b1b (cónguido) también. En Egipto predominaba el linaje paterno T, aunque también debían existir aportes nórdico-rojos y nórdico-blancos a juzgar por el aspecto de algunas momias y algunos análisis genéticos (por ejemplo, Tutankamón era R1b1b2). La civilización del Indos tenía sin duda, a juzgar por las concentraciones de linaje paterno L encontradas aun en Pakistán, zonas de India e Irán, un predominio de la raza dinárica, mezclada esta vez con nórdico-rojos de la rama R2.
Cráneo minoico temprano, Grecia, en torno al año 2500 AEC. Aunque es aventurado sacar composiciones raciales y este no es un espécimen puro, a este cráneo se le aprecia la bóveda craneal alta, la frente huidiza, el puente nasal alto y pronunciado y la curvooccipitalia de la raza dinárica.
En Noráfrica, los dináricos produjeron el tipo “moro” al mezclarse con nórdico-rojos y especialmente cónguidos, que predominaron sobre ellos, mientras que cuando más al Este nos vamos, más disminuye la herencia cónguida y más aumentan otras razas como la mongólida. Hoy en día encontramos sangre dinárica en casi toda Eurasia, el norte, este e incluso centro de África, y también en América precolombina (podemos observar en muchos nativos norteamericanos, o en ciertos relieves aztecas, narices que no tienen nada de mongólidas). Las realezas europeas, por la afluencia de sangre judía, se encuentran por lo general bastante dinarizadas.
 Contexto actual: Es extremadamente difícil encontrar dináricos puros, siendo una raza más antigua que las nórdicas, por lo que han tenido más tiempo para mezclarse. La raza dinárica es la que da a los “semitas” típicos sus narices grandes y sus frentes huidizas —pero lo que entendemos por “semita” es casi siempre un individuo con más aportes nórdico-rojos que dináricos.
Sobre el supuesto patriarcado de la raza dinárica
Los territorios modernos (Próximo Oriente principalmente) donde predomina la raza dinárica y los linajes dináricos como los J, están sin duda inmersos en una mentalidad exageradamente autoritaria y opresiva hacia la mujer. Por otro lado, estas zonas donde la raza dinárica está fuertemente representada, han dado lugar
a doctrinas religiosas (Judaísmo, Cristianismo, Islam) que tienden hacia la subordinación y esclavización de la mujer, incluso hacia una misoginia bastante patente.
Por todo esto, muchos han terminado por concluir que los dináricos son naturalmente patriarcales, pero en mi opinión hay muchas evidencias que indican que, al contrario, se corresponden con la expansión del Matriarcado. Expondré mis argumentos y que cada uno tome nota de lo que considere oportuno.
Para comenzar, la “opresividad” para con las mujeres no es necesariamente un indicio de Patriarcado. Por ejemplo, tanto los espartanos, como los germanos de la época romana, como los posteriores vikingos (y sin duda los anglosajones de más tarde) se caracterizaban por permitir mucha libertad y aire libre a sus mujeres, instándolas a hacer deporte y a expresar sus opiniones, y teniendo en alta estima sus consejos. Y a pesar de toda esta aparente “igualdad”, los germanos o espartanos eran pueblos firmemente patriarcales en los que la autoridad correspondía a los padres de familia, los mandos militares y los jefes de clan, y en el que el honor de la mujer era el amor, la entrega, la fidelidad y la maternidad. En cambio, quien hubiera visto el estatus de las mujeres en Etruria (todo el día encerradas en casa, falta absoluta de deporte, fiestas superficiales, conversión de la mujer en prostituta y objeto sexual) hubiera podido concluir que era una sociedad “machista” y patriarcal, cuando era realmente un matriarcado. Con lo cual no nos dejemos engañar por la capa superficial de benevolencia o no-benevolencia hacia la mujer. Además acabamos de ver el tipo de ídolos religiosos que tenían, muy en sintonía con las “venus” paleolíticas, consideradas ídolos matriarcales de un culto telúrico y nocturno, efectuado en y zonas oscuras.
Eso por un lado.
Por otro lado, pienso remontarme a las primeras penetraciones dináricas en Europa y ver qué tipo de espiritualidad trajeron. Nos situamos en la llegada de la Cultura de la Cerámica Cardial y la Cultura de la Cerámica de Bandas o Cultura Danubiana (según la nueva teoría no habría presencia Dinárica), dos
proto-civilizaciones que, en torno al 5000-4000 AEC, irrumpieron en Europa desde el Sudoeste, procedentes de Asia Menor. ¿Cuál fue el efecto de esta penetración? Fue doble. Por un lado, se importaron linajes dináricos como los J (los mismos que predominarían en posteriores culturas matriarcales como los etruscos y los
minoicos), y por otro lado, el Matriarcado se expandió por todo el Mediterráneo y por todo el Suroeste y centro de Europa. Decir, por tanto, que los dináricos son una raza naturalmente patriarcal es dejarnos confundir con
demasiada facilidad por la superficial capa externa misógina de los (muy posteriores) credos monoteístas.
Nota: Esos credos salen de tierras predominantemente Dináricas por lo que es complicado imaginarse el motivo por el cual cambiarían de un supuesto matriarcalismo original a un patriarcalismo.
Estamos en el 5000 AEC, cuando todo el planeta tenía una población de sólo 15 millones de seres humanos. La expansión de la Cultura de la Cerámica Cardial (irrupción del Neolítico en Europa procedente de Siria y Líbano) se ha asociado a la expansión del haplogrupo J2 (un linaje dinárico considerado arábido) visto anteriormente. La célula de Sesklo, situada en Grecia, va relacionada con la posterior (4000 AEC) Cultura Danubiana (o Cultura de Cerámica de Bandas), que penetró en Centroeuropa, y a la expansión del
Matriarcado en el Sureste de Europa y en el Mediterráneo, con lo cual el supuesto “patriarcado” de los dináricos queda, como poco, en entredicho. Nótese que esta proto-civilización matriarcal tiende a entrar en contacto con zonas habitadas por la raza nordico-roja, con lo cual es plausible que, como dije, los rojos, siendo originariamente patriarcales, tomasen el matriarcado tras mezclarse con estas gentes —como es bien sabido, el Matriarcado, como el Neolítico, procede de Oriente. No deja de ser revelador que los etruscos
—quienes, a pesar de estar mezclados con los rojos, tenían su origen en Asia Menor—, que también eran portadores de linaje J2 (ver mapas anteriores), se llamasen a sí mismos rasena, es decir, “los elegidos”, igual que los judíos, típicos portadores tanto de J1 como de J2. En suma, los famosos “neolíticos matriarcales” que, procedentes de Medio Oriente, acabaron extendiéndose por el Mediterráneo y Europa oriental y central, eran dináricos.
Nota: Como hemos visto reflejado en los mapas expuestos de las culturas neolíticas, en esta nueva teoría la cultura de Cerámica Cardial solo tendría representación del linaje Dinárico G y la Cultura Danubiana carecería de elementos Dináricos, por lo menos por vía paterna pero podría tener presencia del linaje cóngido africano E. Habría que ver si estaban presentes los linajes maternos Dináricos.
La idea que defiendo es bien sencilla: tanto la Cultura de la Cerámica Cardial como la Cultura Danubiana, procedían de Oriente, eran dináricas y —sorpresa— eran matriarcales.
Nota: Aparentemente podría no ser así.
Ahora hechemos un vistazo rápido al Cristianismo, esa religión que, supuestamente, es tan misógina y machista, y que procede de una zona altamente dinarizada. El Cristianismo predica la igualdad, la resignación, la abolición de las jerarquías terrenales, el pacifismo, el “amor” difuso y la consideración hacia los débiles, los enfermos, los pisoteados y los parias de la Tierra. No veo en ello nada de patriarcal, jerárquico, solar o guerrero, sino que veo una visión del mundo esencialmente blanda y femenina. El primer símbolo cristiano no
fue la cruz, sino el pez, signo por excelencia de culturas matriarcales (como por ejemplo los etruscos) y uno de los primeros efectos que tuvo en Roma fue propiciar la “emancipación de las mujeres”. La posterior misoginia cristiana la achaco a una “fanatización” de un “patriarcado-aberración”, al estilo del Islam. Aquello en lo que después se convirtió el Cristianismo durante la Edad Media poco me importa, porque sufrió una fuerte influencia aria entretanto (no veo nada de semítico ni de oriental en los templarios ni en las catedrales), pero aun así, tuvo el mismo efecto en Europa que una penetración dinárica agresiva: desangramiento de los mejores elementos genéticos (guerras fratricidas, cazas de brujas, masacres de herejes) y promoción de una mentalidad mansa,  crédula, temerosa y, a todas luces, netamente afeminada en comparación con el antiguo paganismo.
Fue, sin lugar a dudas, el Comunismo de la Antigüedad, como dijo Alain de Benoinst.
Y es que el pez, la Media Luna —o la hoz, signo equivalente— y la Estrella (los signos de la noche, de la feminidad, del agua, del “Yin” y de la oscuridad) no proceden de Occidente. Proceden de Oriente, como la noción de “lujo oriental” y “decadencia babilonia”. [12]
¿Qué pasa entonces con el agresivo patriarcado de judíos y moros? Pura fachada, y reacción patriarcal desmesurada (lo que he llamado en otro artículo “patriarcados-aberración”) y forzada, a la que saben es su
verdadera inclinación, que es el Matriarcado (no veo fundamentado este punto). Esas razas se encontraron con que no podían competir con las razas patriarcales (allá donde el Patriarcado se encontró con Matriarcado, triunfó siempre el Patriarcado), y por ello abandonaron su matriarcado e instauraron ese fanático y enfermizo monoteísmo que les caracteriza y que pretenden les pueda elevar al nivel de las razas nórdicas.
En el caso judío, sin embargo, miramos más de cerca y vemos que la transmisión de la condición judía según la Halakha es matrilineal, es decir, de madre a hijo. Por otro lado, las judías (Betty Friedan, Naomi Goldstein) han tenido el papel preponderante en el feminismo y en la “emancipación de las mujeres” (valiente “emancipación” trabajar de cajera en el Eroski, ponerse como una foca y liarse con un notas distinto cada finde para subirse la autoestima entre intoxicaciones etílicas en vez de estar en casa cuidando de los críos), lo cual llevó a Rich Zubaty a decir que “el Judaísmo es un matriarcado disfrazado de patriarcado”. Una excepción son los clanes Kohanim, que precisan para su pertenencia, no sólo ser de madre judía, sino también de padre
Cohen. Los levitas en cambio sí son matrilineales.
Fuente: Europa Soberana
votar

1 comentario:

  1. https://twitter.com/david05693011/status/1213881600099926016/photo/1

    saludos amigo, esta muy bien la clasificacion de las razas europas pues es esta muy importante e inprecindible para el futuro de la humanidad. asi pues no soy capas de clasificarme a mi mismo, si pudieras decirme cual es mi compocision racial se lo agradeceria mucho.
    saludos desde colombia...

    ResponderBorrar