domingo, 18 de enero de 2015

Diferencias de Coeficiente Intelectual Entre Blancos y Negros





Hay pocos médicos negros: ¿esto es racismo?



            En EE.UU., el 12% de la población se consideran negros. Pero, hay una enorme desproporción en la representación de esta población en muchas esferas de la vida social. El porcentaje de negros en posiciones socialmente inferiores es altísimo, el porcentaje en posiciones de prestigio social es bajísimo. Por ejemplo, cerca del 80% de los prisioneros norteamericanos son negros; menos del 2% por ciento de los médicos son negros; etc. En América Latina, esto recapitula el viejo chiste humillante: blanco con bata es médico; negro con bata es chichero.

            En América Latina no se lleva tanto control de estadísticas raciales, pero al menos en Venezuela (presumo que en Brasil también), el gobierno de Hugo Chávez empezó a impulsar la idea de que era necesario llevar estadísticas raciales (por primera vez se preguntaba en el censo a cuál grupo racial o étnico se pertenece), y también se empezó a denunciar una desproporción en la representación de los negros.
            Esta desproporción ha sido interpretada como racismo. A pesar de que no hay ninguna ley que envíe a la cárcel a alguien por el mero hecho de ser negro (ni tampoco ninguna ley que prohíba a un negro ser médico), opera una discriminación racial. En EE.UU., se ha intentado remediar este racismo con programas de discriminación positiva (o acción afirmativa). Así, por ejemplo, en las escuelas de medicina, los negros tienen más facilidades que los blancos para entrar, a fin de intentar incrementar el número de médicos negros.
            

Esto ha llegado a extremos risibles. Jesse Jackson, por ejemplo, en una ocasión propuso boicotear los premios Oscar, si no había mayor representación de negros entre los ganadores. Y, todo esto también pareciera tener la implicación de que, si los negros están desproporcionadamente representados en la población penal (la estadística que más preocupa), entonces debería darse libertad a muchos presos negros, a fin de balancear la composición racial de la población penal. Ya esto empieza a sonar peligroso. Si esos prisioneros han cometido crímenes, deben seguir privados de libertad. Soltarlos por el mero hecho de balancear las estadísticas raciales es una locura.
            Menos del 5% de la población mundial es brasileña. Pero, más del 26% de los campeones de la Copa del Mundo de la FIFA son brasileños. ¿Debe la FIFA detener a Brasil, a fin de darles más oportunidad a los otros países para que ganen el mundial, y así balancear la representación nacional en el éxito futbolístico?
            En el controvertido libro The Bell Curve, Murray y Herrnstein miraban con mayor profundidad las estadísticas raciales de EE.UU., y llegaban a la conclusión de que al tener en cuenta los niveles de inteligencia de cada grupo, no hay discriminación racial; incluso, grupos como los negros tienen privilegios que el resto de la población no tiene.



La profesión de medicina, por ejemplo, requiere un coeficiente intelectual alto. Pues bien, los negros tienen, en promedio, un coeficiente intelectual inferior al de los blancos. Al hacer la correlación estadística, se descubre que los negros tienen la justa representación en la profesión médica, al tener en cuenta su coeficiente intelectual promedio. En ese sentido, los negros no tienen suficiente representación en posiciones de prestigio, no porque el sistema sea racista y se los impida, sino sencillamente, porque no tienen el coeficiente intelectual necesario para ocupar esas posiciones en la misma proporción que ellos representan a la población en general.
 El hecho de que un grupo étnico o racial no tenga una representación proporcional en una posición de prestigio no implica que estemos frente a racismo. Dudo que podamos acusar a la FIFA de ser racista contra los chinos e indios (quienes ni siquiera han ido al mundial), y favorecer injustamente a los brasileños. Si Brasil tiene cinco copas en su haber, ha de ser porque, sencillamente, se las merecen. No hay injusticia en ello.


El hecho de que los negros en EE.UU. tengan poca representación en posiciones de prestigio, y alta representación en la población penal no es automáticamente evidencia de racismo. Asumimos que el sistema discrimina, pero debemos manejar esto con más cautela. Quizás, sencillamente, los negros no tienen la capacidad de tener más proporción en la profesión médica; quizás, sencillamente, los negros tienen más inclinación al crimen.
La postura de Murray y Herrnstein, es una explicación biológica de estas diferencias sociales. Es tonto asumir automáticamente que, si los negros tienen posiciones menos privilegiadas, entonces la culpa es del sistema racista. Al menos en el caso norteamericano, la postura culturalista que defendió el crítico Dinesh D’Souza estima : entre los negros, se ha conformado una cultura destructiva de facilismo e irresponsabilidad, que les ha impedido prosperar. Y, este desdén por la disciplina y, sobre todo, por la actividad intelectual, ha propiciado que sus niveles de coeficiente intelectual sean más bajos.

Pero, esto es muy distinto de decir que, por el mero hecho de que el 80% de los prisioneros son negros, el sistema judicial es racista. Antes de apresurarnos a denunciar el supuesto racismo de un sistema, es necesario evaluar si hay o no una correspondencia con los méritos y las capacidades de cada grupo que no tiene la representación deseada. 
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