domingo, 18 de enero de 2015

¿Había civilización en la América precolombina? A propósito de John Baker


Frente a la idea de que la civilización occidental ha sido superior a cualquier otra, los indigenistas y nacionalistas latinoamericanos suelen oponer dos alegatos mutuamente contradictorios: 1) no es posible jerarquizar civilizaciones, pues no existen, ni jamás podrán existir, civilizaciones desiguales; 2) las civilizaciones precolombinas fueron tan avanzadas como las europeas.
            El primer alegato es típico del relativismo. En su negativa a jerarquizar logros culturales, los indigenistas suelen sostener que tiene el mismo valor la choza y el rascacielo, la medicina moderna y el chamanismo, la novela moderna y el mito oral. Un mínimo de sensatez y sentido común, me parece, debería permitirnos rechazar de antemano este alegato.

            El segundo alegato sí permite la jerarquización cultural, pero en vez de aceptar la superioridad occidental, pretende sostener que los aztecas, mayas e incas eran civilizaciones “avanzadísimas”, que no tenían nada que envidiar a los europeos cuando éstos llegaron en 1492. Como prueba, los indigenistas nos señalan las formidables pirámides, los grandiosos conocimientos astronómicos, la complejísima organización social, y demás pruebas espurias.
            Afortunadamente, no todo el mundo en la academia se come este cuento, aunque vale reconocer, cada vez son menos los que resisten. Pero, ha habido plenitud de autores que, con datos precisos, han procurado jerarquizar los logros civilizacionales, y en estas jerarquizaciones, los aztecas, los mayas y los incas no salen bien parados. Uno de los más serios estudios comparativos de civilizaciones, procede del historiador y biólogo John Baker, en su clásico libro Race. A su juicio, en la América precolombina ni siquiera hubo civilización.
            Baker formula veintiún criterios que nos permiten identificar una civilización. Podemos someter a discusión si estos criterios son suficientes o adecuados, pero sí me parece que nos ofrecen una guía óptima para poder establecer cuál civilización ha sido superior a otra. Los pueblos precolombinos sólo cumplen algunos de estos criterios.
            Son los siguientes. 1) Vestido (al menos de la parte genital). Quizás haya un sesgo eurocéntrico en este criterio, pues en zonas cálidas, el vestido estorba. Pero, la cobertura de las zonas genitales sí es una forma de establecer una distinción entre la esfera privada y la pública cuando se trata de sexualidad, y en ese sentido, sí es un paso relevante en el proceso civilizatorio. Si bien hubo pueblos precolombinos que andaban desnudos, sabemos que los pueblos de la zona andina y mesoamericana sí usaban vestidos.
            2) Mínimo de higiene y sistema de drenaje de excremento. La Edad Media europea era notoriamente asquerosa, pero muy probablemente, también lo fueron las culturas precolombinas, sobre todo aquellas con sistemas de sacrificios humanos, en las cuales no se sepultaba a las víctimas (la película Apocalypto ilustra muy bien esto).
3) No se practica mutilación del cuerpo, excepto por motivos médicos. Los occidentales siguen practicando la circuncisión, y en ese sentido, aún no han alcanzado plenamente la fase civilizada, pero sabemos pro crónicas que los precolombinos también practicaban frecuentemente la mutilación del cuerpo.
4) Habilidad para construir casas con ladrillos o piedras. Ciertamente hubo pirámides construidas con materiales duros entre los aztecas, mayas e incas, pero no es del todo claro que se empleasen estos materiales en la construcción de casas para el pueblo llano.
5) Población que vive en ciudades, comunicadas por vías. Tenochtitlán era una ciudad más grande que muchas de las capitales europeas, pero no es del todo claro si tenía fáciles vías de acceso.
6) Cultivo de plantas y 7) domesticación de animales. Hubo agricultura y ganadería en la América precolombina, pero tal como Jared Diamond ha documentado en su libro Armas, gérmenes y acero, el número de rubros agrícolas y ganaderos en América fue muy inferior al europeo y asiático.
8) Conocimiento en el uso del metal, si éste está disponible. Los indigenistas repiten hasta la saciedad la acusación de que los españoles de llevaron el oro de América, de forma tal que es obvio que sí había metal. Pero, los indígenas sólo usaron el metal para fines decorativos. Jamás se les ocurrió usarlo para empresas más productivas.
9) Uso de la rueda. Ésta es una de las más grandes carencias civilizatorias en la América precolombina. Sólo se usó la rueda para juguetes, pero nunca para el transporte, lo cual hubiese facilitado muchos proyectos de construcción, y hubiese hecho la vida más placentera para los esclavos que debían llevar a lomo cargas pesadas.
10) Intercambio de propiedad a través del dinero. No consta que hubiese tal cosa entre los habitantes precolombinos. De hecho, demagogos indigenistas, como Hugo Chávez, han propuesto regresar al trueque como forma de emular a los indígenas (aunque, en vista de la tremenda inflación que sufren los países latinoamericanos, no sería tan mala opción regresar al trueque, para así evadir la irresponsable impresión de billetes por parte de los bancos centrales).
11) Sistemas jurídicos con garantía de derechos fundamentales; 12) debido proceso; 13) Ausencia de torturas; 14) Ausencia de canibalismo. Las imágenes de sacrificios humanos debería ser suficiente como para comprender que los pueblos precolombinos no cumplían ninguno de estos criterios.
15) Sistemas religiosos con elementos éticos, y no meramente supersticiosos. Ciertamente en la religión azteca apareció Quetzalcoatl, el dios que se opuso al sacrificio humano y aparentemente tuvo mayor altura moral. Pero, en la propia religión azteca, este dios fue expulsado, precisamente porque no agradaban sus enseñanzas. Si bien es cierto que todos los pueblos del mundo requieren de un mínimo sistema moral para poder sobrevivir como sociedad, tampoco deja de ser cierto que los indígenas tenían un nivel moral bajo en comparación con la formalización de la ética en civilizaciones como Grecia, Israel, China o India, y sus creencias religiosas no estaban imbuidas de una dimensión moral.
16) Un sistema de escritura. Los aztecas tuvieron códices, pero de uso muy limitado, y sin la suficiente amplitud como para representar infinitamente el pensamiento.
17) Uso abstracto de los números. Culturas como los mayas o los incas sí usaron abstractamente los números, pero en varios pueblos indígenas, el sistema de enumeración no pasa del tres.
18) Uso del calendario. Efectivamente, es uno de los logros civilizatorios más destacados de los pueblos precolombinos, aunque sus calendarios son menos precisos que nuestro calendario gregoriano.
19) Educación de los jóvenes en materias especializadas. Tal cosa no existía en la América precolombina. La escuela y la universidad son importaciones europeas.
20) Apreciación de las bellas artes. Hay, por supuesto, bellas decoraciones en cuchillos sacrificiales aztecas, pinturas mayas, y objetos decorativos con oro entre los incas. Pero, nada comparable con la explosión artística renacentista europea (que coincidía con la llegada de Colón).
21) Valoración del conocimiento por sí mismo. No hay constancia de que tal cosa existiera entre los precolombinos. No había una élite de pensadores que cultivara la lógica, el pensamiento crítico, ni nada por el estilo. A lo sumo, se utilizaban cálculos matemáticos con un mero objetivo utilitarista para construir pirámides, pero no por el puro placer de resolver problemas abstractos.
En su libro, Baker postuló que ningún pueblo precolombino cumplió los requisitos para ser considerados una civilización. A mi juicio, exagera. Pues, varias de las culturas andinas y mesoamericanas sí cumplían muchos de estos requisitos. Pero, a la hora de compararlos con las culturas europeas, queda bastante claro que las culturas que aglutinamos bajo la civilización occidental, le daban mayor cumplimiento a estos requisitos. Y, en ese sentido, es rotundamente falso que las civilizaciones precolombinas eran “avanzadísimas” y no tenían nada que envidiar a las europeas cuando éstas llegaron a América en el siglo XVI.
Baker también postuló que la desigualdad cultural entre europeos y americanos tenía un origen biológico. Y, así, los europeos no sólo eran una civilización superior, sino también una raza superior. Por motivos que he explicado en mi libro Las razas humanas ¡vaya timo!, no acepto esta tesis. Pero, no debemos cometer el error (atribuible en buena medida al antropólogo Franz Boas) de asumir que, puesto que no hay razas superiores e inferiores, tampoco hay culturas superiores e inferiores. Si bien la piel blanca no es superior a la piel morena, en 1492 la civilización europea sí era superior a las civilizaciones azteca e inca, y debemos asimilar esta verdad, guste o no.

(POSTED by opinionesdegabriel.blogspot.com)
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