viernes, 5 de junio de 2015

GNOSTICISMO Y TEOSOFÍA: ORÍGENES RACISTAS DE LA NEW AGE

La New Age es un movimiento pseudoreligioso actual que defiende un sincretismo de las religiones y una renovación del ser humano a estados evolutivos posthumanos. Pero lo que poco gentre conoce es que la New Age hunde sus raíces históricas en una doctrina racista fundada por una mística rusa llamada Helena Petrovna Blavatsky y que ella misma denominó teosofía. Según ella la historia de la humanidad pasaría por una serie de estados evolutivos en los que los seres superiores estarían llamados a suplantar a los inferiores y por lo tanto a aniquilarlos. En la época de Blavatsky esos seres superiores estarían encarnados en la raza aria, mientras que los inferiores estarían representados por los judíos y negros respectivamente.

Este pensamiento gnóstico tendría una gran influencia en otros dos personajes de la alemania de principios del s. XX: Guido von List y Jorg Lanz von Liebenfels. El primero fundaría la secta de la ariosofía, mientras que el segundo crearía la teozoología.

Todas estas ideas tendrán una gran influencia en el joven Adolf Hitler, que las incorporó en su política racista cuando fundó el partido nacional-socialista alemán, y que luego fue la base de la política antisemita y eugenista del tercer Reich.


La "doctrina secreta" de Madame Blavatsky

A finales del siglo XIX van a surgir en el mundo occidental una serie de grupos de signo ocultista que dejarán la clandestinidad y que tendrán una gran influencia en la vida y la política de la sociedad.
Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891) será una de las principales figuras en esta corriente esotérica. Aristócrata rusa de origen germano, sus extravagantes ideas inspirarán la doctrina Teosófica que tanta influencia tendrá en la élite cultural del NSDAP (Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes). Muchos jerarcas del régimen hitleriano eran teósofos confesos. Esta corriente sería la base e inspiración en el s. XX del movimiento de la “Nueva Era”. La vida de Helena caracterizaría por la estafa y el engaño destinados a crearse una reputación de maestra espiritual que la permitiera aprovecharse de la ingenuidad de los demás.
Helena desde muy pequeña se mostró interesada en el esoterismo, leyendo algunas obras de la biblioteca personal de su bisabuelo que había sido iniciado en la masonería a finales del s. XVIII. En su casa natal llegó a tener experiencias en estado de trance con lo que ella llamaba “espíritus”.
“Era sumamente nerviosa y sensitiva, hablaba en voz alta, y a veces la encontraban sonámbula en los más apartados lugares de la casa y la volvían a la cama profundamente dormida. Una noche, cuando apenas contaba con doce años, la echaron de menos en su dormitorio, y, dada la alarma, fueron a buscarla, encontrándola paseando por uno de los largos corredores y en detenida conversación con alguien invisible para todos menos para ella”.

A los 16 años, y para ganar una apuesta, sedujo a un general del ejército de más de 40 años llamado Nikifor Blavatsky de quien tomaría el apellido. El objetivo de Helena con esta boda era conseguir la independencia de sus padres, pero nunca consumó su unión marital debido a que ella tenía una anomalía sexual en el útero que la impedía mantener relaciones con un hombre. A los tres meses huyó a caballo para refugiarse en casa de su abuelo Tiflis. Durante varios años afirma que viaja por Egipto, Turquía, Grecia, México, India, Inglaterra, Canadá y EE.UU donde contactó con diversas personas ligadas al esoterismo y la masonería. Ella afirmó que había estudiado por espacio de siete años con los mahatmas (maestros) de la India.

En 1875 emigra a los Estados Unidos causando un gran revuelo con su habilidad para realizar levitaciones y mover mesas y otros objetos. En Nueva York fundará junto con el coronel Henry Olcott y el abogado William Quan la Sociedad Teosófica. Su ideología pronto se difundió en todos los EE.UU., Inglaterra, Alemania y la India, país al que viajó y donde estableció en 1879 la sede de su secta. De ser una vulgar médium pasó a afirmar que durante sus viajes al Tibet había entrado en contacto con espíritus que guiaban su vida mediante mensajes y cartas. En la India permanecería hasta 1885 con el fin de dotar a sus teorías de un marcado orientalismo. Allí conocerá a Alfred Percy Sinnett, editor del periódico oficial del Gobierno de la India “The Pionner”, contacto que sería muy importante para Blavatsky y la Sociedad Teosófica.

Se inicia en la masonería alcanzando el grado de “Princesa coronada”, el grado más elevado en la masonería de adopción del Rito Menphis y Misraim. En 1887 funda la revista “Lucifer” donde se hablaba del advenimiento del Anticristo para instaurar un Nuevo Orden Mundial. En 1891 muere sola en Londres abandonada de todos sus adeptos.

Las obras esotérico-racistas de Blavatsky

En su estancia en la India escribe Isis sin velo, donde describe los pormenores de una religión de su propia invención. Al igual que otros creadores de religiones, como Joseph Smith, fundador de los mormones, su obra se compone de gran cantidad de plagios de religiones paganas, gnosis, creencias esotéricas y espiritistas, a las que Blavatsky atribuirá un carácter sobrenatural. En este libro describe el desarrollo de las ciencias ocultas, la naturaleza y el origen de la magia y las raíces del cristianismo.
No obstante su obra principal será La doctrina secreta (1888), libro que será la base de la New Age y que está repleta de teorías relacionadas más o menos indirectamente con el hinduismo. La obra tiene un carácter marcadamente antisemítico y anticristiano. En ella llegará a afirmar que el verdadero dios era Satanás (Baal) auténtico benefactor de la humanidad, y que el dios del Antiguo Testamento, conocido por Jehová no era otro que Caín, el primer asesino.

Blavatsky sostenía haber recibido una revelación sobre la existencia de una antiquísima civilización que habría florecido en lo que hoy es el desierto de Gobi, pero que lo habría tenido que abandonar para vivir en misteriosos reinos subterraneos.

En esta voluminosa obra de pesada lectura, describe la evolución humana como una caída desde el estado de gracia divina inicial al materialismo actual. Este proceso evolutivo se realizaría en siete épocas, de las cuales cinco ya habrían sucedió, mientras que las otras dos estarían por llegar. En cada una de estas épocas el ser humano progresaría en una serie de razas, siendo una de ellas la dominante, base de las razas de la siguiente época.

En la primera época, denominada polar, se iniciaría la evolución humana. La tierra permanecería en estado ígneo mientras que la atmósfera era gaseosa. De estas sustancias, los Señores de la forma construirían el primer hombre de cuerpo mineral. En la época hiperbórea el hombre pasaría por el estado vegetal, pues tenía entonces un cuerpo denso y uno vital y una consciencia semejante a la del sueño. En aquel entonces el hombre era bisexual y hermafrodita. La tercera época es la lemúrica. En ella unos arcángeles o “Señores de la mente” ayudarían al nacimiento de la individualidad. La fuerza sexual construiría el cerebro para la expresión del pensamiento. Los negros y las razas salvajes de pelo duro y motoso se formarían en esta época.

En la cuarta época o Atlante se desarrollarían las siete razas en las que se dividirá el género humano. Todas ellas habitarían un supuesto continente, hoy desaparecido, denominado la Atlántida. Las seis primeras serían los Rmoahals, los Tlavatls, los Toltecas, los Turanios, los Acadios y los Mongoles. Para Blavatsky estas razas habrían mantenido relaciones promiscuas con animales dando origen a los atlantes, una especie de monos gigantes sin sentido en el plano intelectual. La séptima raza la formarían los arios quienes se mantendrían puros y por inspiración divina llegarían a dominar el mundo en oposición a cristianos y judíos.

Cada una de las seis razas inferiores evolucionaría mediante mutaciones naturales. La raza aria, en cambio, se transformaría en superhombres por un salto repentino destinado a dotarlos de las facultades necesarias para vivir en un mundo post-diluviano.

Los arios perdieron sus poderes mágicos sobre las fuerzas de la naturaleza y el desarrollo psíquico, en cambio adquirieron facultades de desarrollo cerebral y una “inteligencia superior” a la de las otras razas sobrevivientes descritas como inferiores en cuanto a sus pobres facultades intelectuales y a su herencia genética claramente defectuosa.

En la quinta época denominada Aria, el hombre conocería el uso del fuego y de otras fuerzas, cuyo origen divino se le ocultó intencionalmente a fin de que pudiera emplearlo libremente.

Al igual que en la época anterior, Blavatsky hablará de siete grandes razas que se sucederán en el tiempo y que iniciados en las “artes superiores” darían origen a lo más excelente de las civilizaciones. La primera sería la Aria, continuadora de lo mejor de la época anterior y que daría origen a la civilización India. La seguirían en orden la Babilónico-Asirio-Caldea, la Persa-Greco-Latina, la céltica y la Teutónico-Anglosajona. Faltarían dos razas que estarían por venir en un próximo futuro. En concreto la sexta raza se generaría cuando la precesión de los equinoccios entre para el año 2000 en el signo de Acuario. Solo entonces surgiría el Homo noeticus, u hombre del conocimiento. El resto de las razas deberían de desaparecer en una lucha biológico-cósmica, ya que como dice Blavatsky: “la extinción de las razas inferiores es una necesidad kármica”.

En la actualidad los adeptos de la New Age creen que gracias a la meditación y a otras “disciplinas espirituales” pueden estarse generando esta nueva nueva especie Homo noeticus , más en concreto en California, en oposición al Homo sapiens considerada esta una especie en extinción. Toda la doctrina New Age aparece impregnada de un profundo racismo y antisemitismo. Blavatsky diría de los semitas y más en concreto de los árabes que eran “espiritualmente degenerados”. Alice A. Bailey (1880-1949), seguidora de Blavatsky y principal ideóloga del movimiento de la Nueva Era en el s. XX, afirma que los judíos provienen de otro sistema solar, los orientales y los negros provienen de otra raza-madre (lemures) y que las razas arias occidentales deben controlar al mundo ya que forman parte de la raza-madre más evolucionada.

La doctrina teosófica presenta una actitud hostil hacia los Judíos y presenta un plan de ruta a llevar a cabo en la Nueva Era que se presenta: guerra de religiones, redistribucción forzosa de los recursos mundiales, iniciaciones luciferinas, iniciaciones planetarias en masa, campañas de desarmamiento, eliminación o bloqueo de las ortodoxias religiosas, entre ellas la Iglesia Católica como principal enemigo a combatir.

En el horizonte de la New Age está reemplazar todas las religiones por la Religión del Mundo Nuevo que el Instructor Mundial vendrá a instaurar, unificando así todas las religiones que habrán preparado su llegada. Esta Nueva Religión garantizará la institución de un Nuevo Orden Mundial que permitirá a la Jerarquía (los intermediarios entre los “maestros” y la “humanidad”) tomar el poder, abolir las fronteras e instaurar el desarrollo de una conciencia planetaria y un gobierno mundial.

Repercusiones de la doctrina teosófica de Blavatsky

Los símbolos eran una parte muy importante en la teosofía. Helena Blavatsky adoptó un gran número de signos de diferentes religiones entre las que destacan el “triskel” (esvástica de 3 brazoz) y la “esvástica”. Esta última pasaría a formar parte del emblema de la Sociedad Teosófica. Ella misma explica el significado del símbolo de la esvástica.
“... Los cuatro brazos de la X, o cruz decusada, y de la cruz hermética, indicando los cuatro puntos cardinales, eran bien comprendidos por las mentes místicas de los indos, brahamanes y buddhistas, siglos antes que se oyese hablar de ello en Europa, pues ese símbolo se encuentra en todo el mundo. Doblaron ellos los extremos de la cruz e hicieron de ella su Svástica, ahora el Wan de los buddhistas mongoles. Implica ella que el “punto central” no está limitado a un individuo por muy perfecto que sea; que el principio (Dios) está en la Humanidad, y que la Humanidad, como todo lo demás, está en Él, como las gotas de agua en el Océano, estando los cuatro extremos dirigidos hacia los cuatro puntos cardinales, y por tanto perdiéndose en el infinito.

(...) Pocos símbolos del mundo encierran más significado Oculto real que la Svástica. Es ella simbolizada por la cifra 6. Lo mismo que ésta, señala en su exterioridad concreta, como sucede con la ideografía del número, al Cenit y al Nadir, Norte, Sur, Oeste y Este, en todas partes se ve la unidad, y a esta unidad reflejada en todo y en cada unidad. Es el emblema de la actividad de Fohat, de la continua revolución de las “Ruedas”, y de los Cuatro Elementos, el “Cuatro Sagrado” en su sentido místico, además del cósmico, por otra parte sus cuatro brazos, doblados en ángulos rectos, están íntimamente relacionados, como se muestra en otra parte , con las escalas Pitagórica y Hermética”.Helena Blavatsky.


Los libros de Blavatsky fueron rápidamente traducidos al alemán, alimentando el imaginario de los grupos ocultistas que se formaron en Austria y Alemania antes de 1910. En esos años se produjo la peligrosa hibridación con el racismo Gobineano, el antisemitismo de Chamberlain y el darwinismo social de Haeckel.

En Alemania se fueron creando innumerables círculos intelectuales de seguidores del wotanismo solar, que sustentaban ideas similares a las teosóficas y que reivindicaban las tradiciones germánicas. Estas ideas ocultistas llegaron finalmente a conformar el nazismo a través de dos figuras de gran relieve - Guido von List y Lanz von Liebenfels -, que son los iniciadores de la corriente gnóstica conocida como ariosofía y que serán una reelaboración nacionalista alemana de las doctrinas teosóficas de Helena Blavatsky.

Las teorías de Blavatsky fueron retomadas por Annie Besant (1847-1933) quien las extendió por todo Occidente. En Alemania fueron particularmente bien aceptadas, siendo acogidas favorablemente por el imperio de Guillermo II y originando un movimiento denominado Lebensreform.

Otro seguidor de Madame Blavatsky es Franz Hartmann (1832-1912), el cual fundó un monasterio teosófico en Ascona donde se dedicó a editar traducciones de sus textos. Fundó en 1896 la Sociedad teosófica en Alemania. Tradujo el Bhagavad Gita al alemán y escribió numerosos artículos en su revista Lotusblüten. Donde aparecía la cruz gamada en su portada.

 La ariosofía de Guido von List



En 1985, Goodrick Clarke publica el libro “las raíces ocultas del nazismo”, gracias al cual sabemos hoy que el guión ideológico del nazismo había sido escrito veinte años antes de Hitler en algunos círculos ocultistas vieneses, especialmente por obra de dos personajes: Guido von List y Jörg Lanz von Liebenfels. Ambos buscaron caminos espirituales en las religiones paganas ancestrales, creando un sesgo esencialmente anticatólico en ellos, que rápidamente se hizo anticristiano y antisemita.

Nacido en Viena Guido von List (1849-1919) es un fiel seguidor de las doctrinas de Helena Blavatsky. Desde muy joven demostró un especial interés por los antiguos dioses germánicos, sobretodo por Wotan (Odín), el padre de los dioses. Con trece años visita la cripta de la catedral de S. Esteban de Viena. Esta visita le causó una gran impresión pues Guido creyó ver en aquel espacio un santuario pagano dedicado a Wotan, anterior al cristianismo germano. Fue entonces cuando se prometió que cuando fuera adulto construiría un templo a Wotan.

Como muchos jóvenes de su edad participa en el movimiento Wandervogel (pájaros errantes) que promovía un íntimo contacto entre hombre y naturaleza a través de excursiones colectivas, así como la práctica de deportes en contaco con el medio natural. Esta actividad influirá enormemente en él descubriéndole los vínculos entre el hombre y la tierra, y despertando en él una gran fascinación por aquellos bosques germanos donde sus antepasados habían combatido. Todas estas experiencias le impulsarán años más tarde a una indagación histórica para descubrir los orígenes de la raza germana.

Por aquel entonces los historiadores poco conocían de los primitivos alemanes. Los pocos datos con los que se contaba estaban en un libro que el historiador Tácito escribió en el año 98 d.C, para alertar a los romanos. En La Germania, Tácito presentaba una sociedad de temibles y austeros guerreros. Entre ellos, la tribu más importante eran los “hermiones”. Guido von List partió de esta palabra para imaginar toda una civilización. Los primitivos eran los “Armanen” y su milenaria religión se llamaba “Armanenschaft”. En ella, List fusionó ideas de la teosofía (la esvástica y la idea de los continentes perdidos), el hermitismo, los rosacruces, los templarios, etc. Con todo ello creó una pseudohistoria germánica, basada en una tradición esotérica que supuestamente había sido reprimida por la Iglesia, los judíos y la modernidad.

Sus ideas encontrarán eco en el mundo universitario ya que parecían estar en sintonía con los ideales völkisch (movimiento popular de signo nacional y racial) que pretendía la instauración de una nueva Alemania que englobara a todos los alemanes de Europa.

List frecuentó los círculos de la Sociedad Teosófica, de la secta zoroástrica Mazdaznan y de la masonería. Su objetivo era crear una élite oculta que guiara a la nación, para ello creó un círculo de diez personas que llamó Hoher Armanen-Orden (Alta Orden Armónica) con los que viajó por toda Alemania en busca de las huellas de Wotan y de los lugares donde la manifestación de la auténtica sabiduría aria pudiera ser apreciada mediante la medición y la fusión con los elementos naturales. Los que le acompañaban contaban que List entraba en trance tocando objetos o que captaba visiones de la antigüedad aria enfocando la mente sobre un lugar.

Fue precisamente en el solsticio del verano de 1875, en el bosque de los Carnutos, cuando tuvo una de sus relevaciones. En ella veía como dos mil años antes un ejército germánico había abatido a las legiones romanas. “De esta “visión acensatral” nacería un relato novelado “Carnutum” en el que con grandes dosis de imaginación relataba la vida cotidiana de los germanos precristianos.

Escribirá el libro “Das géminis der Runen” (El secreto de las runas, 1908), que es un estudio detallado de la Armanen Futharkh y que ha sido considerado como el trabajo pionero de la escritura rúnica en el ocultismo moderno. List creó un nuevo sistema de runas a las que unió otros símbolos como el triskel y la esvástica. Esta última tenía un especial significado para él ya que era una forma solar de energía que se originaba en un centro fijo proyectándose en el espacio-tiempo y que representaba el acto creador de Dios. La cruz gamada ocupaba un lugar primordial en el escudo e iconografía de la sociedad.

Todos estos símbolos los había encontrado List en las catedrales tardogóticas, advirtiendo que la mayoría de los templos cristianos se erigían sobre construcciones paganas anteriores, señalando así los lugares donde se concentraba la manifestación de una energía wotánica que solo esperaba el momento oportuno para ser liberada.

En 1908 funda la Sociedad Guido von List con el objetivo de financiar y llevar adelante investigaciones histórico-religiosas. Para conseguir su objetivo se rodea de todos los hombres importantes del esoterismo alemán y de los países de habla alemana de su época. La Sociedad trabajó para definir un sistema filosófico que debería convertirse en una suerte de teología de la nación alemana en el marco de su política futura. Entre los miembros más destacados de esta sociedad se encuentran activistas völkisch, exponentes de la intelectualidad antisemita, pangermanistas y teósofos como Franz Hartmann. Arthur Weber, Karl Hilmm y buena parte de los miembros de la Sociedad Teosófica y de sus grupos periféricos de carácter naturalista y vegetariano.

Fundó una teología místico-pangermánica que denominó ariosofía o armanismo. List partió de las teorías de la Blavatsky para establecer una renovación cíclica del “cosmos germánico”. Con esta visión milenarista, List veía en los acontecimientos que precipitaban el desenlace de la primera guerra mundial, el preludio del Apocalipsis.

List creía que las enseñanzas del armanismo se habían transmitido secretamente desde los antiguos germanos a la orden de los caballeros templarios hasta llegar posteriormente a los magos del Renacimiento, y de estos hasta su tiempo por medio de las sectas masónicas de los rosacruces. Algunas de las formas herméticas de saber gnóstico las incluyó List en la teología de los Armaden. Cábala germánica, rosacrucianismo, gnosis y enseñanzas másgicas, todas ellas concluyeron en la ideología völkisch con vistas a reencontrar el auténtico significado del antiguo saber germano.

Llegados a este punto conviene distinguir que la ariosofía tiene una forma distinta de entender la mística. Para ellos, el término “místico” no significa la búsqueda de la fusión con Dios como así lo entienden las religiones, sino que significaría “la autorrealización espiritual del individuo integrado a través de la regeneración personal y comunitaria de su pueblo”. Esta autorrealización se realizaría a través de la sangre que sería el vehículo portador de un conocimiento secreto-esotérico que la iniciación debería despertar y hacer consciente. Este hermetismo creará una élite de iniciados que tendría la misión de guiar a la sociedad desde su centro oculto.

Para la ariosofía la humanidad se divide en dos polos opuestos y antagónicos: por un lado está el Ario, por otro el Judío. El Ario es el espíritu que hace que el hombre se alce sobre la faz de la tierra, mientras que el judío es el irus destructor que anida principalmente en los elementos más débiles e insanos de la sociedad.

La ariosofía entiende que la historia de la humanidad es una guerra entre razas. En esta guerra hallaríamos contrapuestos y siempre enfrentados, dos principios o fuerzas antagónicas.
Las fuerzas luminosas de la vida, el vigor, la salud y el orden vertical. Estas estarían representadas por las razas celestes, o de luz, que participan de la divinidad.

Las fuerzas oscuras de la muerte, el cansancio, el vicio, la decadencia, la destrucción y el caos. Representadas estas por las razas nacidas de la tierra, del barro o telúricas.

Todas las civilizaciones, en tanto que creaciones del genio humano, estarían sujetas a la lucha y la alternancia de estas fuerzas, de tal forma que, al igual que lo hace individualmente cada persona, se moverían entre estos mismos principios: las fuerzas de la vida (luminosas) y las fuerzas de la muerte (oscuras).

El wotanismo listiano estaba concebido en dos niveles, según el difundido sentimiento völkisch; como una unión política (pangermanismo) de todos los pueblos de raza aria, con la consiguiente separación y expulsión de las razas no arias, y como la creación de la ciencia oculta de los Arman, quienes ejerecerían como guías espirituales del Nuevo Orden Ario. La jerarquía de dicha élite se estructuraba en tres grados: aprendiz, compañero, y maestro de la Logia. Cada grado estaba caracterizado por un cierto nivel de iniciación en la Gnosis y caracterizado por símbolos y palabras específicas.

List organizó una auténtica sociedad religiosa con el objetivo de especializar posteriormente los grados de los adeptos. Después de los primeros siete años de noviciado, en los cuales se leían sagas tradicionales como los Edda y se recibían enseñanzas teosóficas elementales, los iniciados se trasladaban a otros centros armónicos con el fin de profundizar en el conocimiento oculto, tras de lo cual se convertirían en maestros y eran puestos al corriente de “los últimos secretos de la gnosis”.

Según Joseph Lewis Garilic en su obras “Enigmas de las sociedades secretas”, las metas de arianismo se debían conseguir a través de la corriente pangermanista; es decir, la ideología de Deutschard ubre alles (Alemania por encima de todo) que propugnaba la independencia nacional de Alemania y la unificación de todos los países alemanes en un solo Reich que habría de ser la vanguardia de una nueva Europa. La ariosofía inspiró dos organizaciones que tuvieron mucha influencia en la vida política y social en la Alemania de principios de siglo, y sobretodo en las concepciones místico-ocultistas del régimen nazi: La Sociedad Armónica de Marby y la Hermandad Thule (vinculada esta al partido nazi).

 La teozoología de Jorg Lanz von Liebenfels



El otro gran teórico de la ariosofía nació en Viena. De nombre Adolf Josef Lanz (1874-1954) conoció en su juventud las doctrinas teosóficas de Blavatsky, Fruto de su inquietud por lo espiritual ingresó en el monasterio cisterciense de Heilligenkreuz a los 22 años. En 1899 lo abandonaría y se cambiaría el nombre por Jörg Lanz von Liebenfelds, que es como se dio a conocer en la Viena de principios de siglo. A los cuatro años de abandonar el monasterio su nombre era ya conocido por los lectores de numerosas publicaciones “völkisch”.

Durante su estancia en el monasterio fue discípulo del biblista Schlögl, cuyas obras antisemitas habían sido prohibidas por la Iglesia Católica. No solamente se dedicó al estudió de la Biblia, sino que se empapó de textos gnósticos y apócrifos, que le permitieron elaborar a su salida una teología gnóstica y zoomorfa en la cual el mal era identificado con las razas no arias y el bien con la pureza racial aria. Según sus teorías había que engendrar una “noble raza heróica” mediante la planificación del apareamiento de hombres rubios y de ojos azules con mujeres semejantes. Esta raza sería la obra maestra de los dioses.

Lanz introdujo un elemento nuevo en la gnosis racista. Según él, el Cristo (Frauja, en nombre germánico antiguo) era un iniciado ario que se opuso a las fuerzas oscuras representadas por la sinagoga. A cada raza le otorgaba un grado biológico-existencial. Mientras los arios eran los descendientes de los dioses, los pueblos “inferiores” eran los descendientes de los monos. De esta manera Lanz incorporaba la evolución darvinista a sus delirios místico-teosóficos, además de introducir a la antropología y la zoología como ciencias de apoyo a su welstanchaaung. El resultado de todo esto sería la “teozoología” expuesta en un libro de título ampuloso y enigmático: “La teozoología o los Simios de Sodoma y el Electrón de los Dioses” (Theozoologie oder die Kunde von den Sodoms-Äfflingen und dem Götter-Elektron), nombre que ya de por sí constituye todo un programa.

LA TEOZOOLOGÍA

Lanz descubrió una lápida medieval con la imagen de un caballero acompañado por un simio y creyó encontrar figuras semejantes en el arte babilónico. De estas “pruebas” dedujo que junto al verdadero Hombre (el ario rubio que describían los darvinistas sociales) había existido una especie bestial, derivada de otra rama de la evolución, que era capaz de cruzarse con los humanos. De la mezcla de estos simios o pigmeos con los arios derivarían las razas inferiores: negros, mongoloides y “mediterranoides”.

Hacia 1903 Lanz empieza a escribir en publicaciones völkisch y darvinistas, principalmente ligadas a la Liga monista fundada por Haeckel. En uno de esos boletines publica un artículo titulado “Antropozoon bíblico” en el que defiende como tesis central la existencia de prácticas esotéricas relacionadas con el sexo en todos los pueblos de origen ario.

 Las orgías en Grecia y Roma, los misterios sexuales del tantrismo y la presencia de esculturas y relieves de inspiración sexual en las antiguas culturas indo-arias del medio oriente, es lo que le llevará a formular dicha teoría. Pero, como en dichas representaciones iconográficas se incluían figuras animales, Lanz formulará su atrevida aseveración de que la “caída” del estado edénico primordial se habría producido porque los “hijos de los dioses” dotados de una espiritualidad pura, se habrían unido con las “hijas de los hombres”. Hombres que no serían otra cosa que especies animalescas poco evolucionadas. 

Los “hijos de los dioses” serán los arios, y a su raza la llamará Teozoa. Esta raza procedería de divinidades interesterales y procrearían por vía eléctrica. Del producto de este mestizaje nacerá la raza Antropozoa, mitad humana mitad animal, ya que procedían por evolución biológica de los animales y que realizaría cultos satánicos y demoníacos, y serían especies inferiores en estatura (pigmeos) y en capacidades éticas y morales. Esta especie estaría biológicamente condicionada a la práctica desenfrenada de la sexualidad, en la medida en que a través de la misma se podía corromper a los “hijos de los Dioses”. Los efectos del cruce racial causarían la atrofia de los poderes paranormales de los Hombres-Dioses arios, que ya sólo podrían ser restaurados mediante una severa política de eugenismo ario que incluía la castración masiva de los seres (especialmente masculinos) inferiores o “simiescos”…

“La lujuria de los monos, especialmente del babuino, supera toda imaginación. Son Sodomitas, pederastas y onanistas; actuán de modo desagradable con hombres y niños. Es universalmente admitido (!) que los babuinos atacarán y abusarán de las niñas pequeñas y que en los zoos, las mujeres son expuestas a su vil impudicia. En el norte del Lago Kiwu (África) los nativos refieren que monos gigantes secuestran a las mujeres y les destrozan los órganos genitales durante su apareamiento...” Jorg Lanz von Liebenfelds

Un año después escribe “Teosofía y dioses asirios” (1907), donde expone otra atrevida y disparatada teoría. Según Liebenfels, los primeros lemurianos – andróginos en un principio- se desarrollaron en dos sexos y así atrajeron el castigo divino al engendrar monstruos con especies atractivas pero animales.

“Tomaron animales hembras muy bellos pero descendientes de otros que no tenían ni alma ni inteligencia. Engendraron monstruos, demonios malvados”. Jörg Lanz von Liebenfelds. Teosofía y dioses arios.

También afirmará que los atlantes se habían dividido en especies puras y bestiales, correspondiéndose los antropoides con las primeras y los monos antropomorfos con las segundas.

“El error fatal de los antropoides, la quinta raza raíz de los arios – la homo sapiens- había sido mezclarse repetidamente con los descendientes de los monos”. Jörg Lanz


Según Martin Gardner, el mito del origen bestial de las razas influyó mucho en Hitler que lo incluyó en la primera edición de Mi lucha.

EL CRISTO ARIO Y EL “ELECTRÓN DIVINO”

Pero donde llevará su delirio a grados insospechados será en su obra “La Teozoología o los Simios de Sodoma y el Electrón de los Dioses”. Una mezcla absurda de misticismo teosófico, temática evolucionista, antropología y zoología. Un verdadero engendro. Aquí describe a la Eva bíblica como un ser divino inicialmente, pero que se involucró con un demonio y dio a la luz a las “razas inferiores”. Entre estas razas inferiores propone a los judíos, especie inferior en estatura, con características animales y sólo accesoriamente humanos, con tendencia a la práctica desenfrenada de la sexualidad para corromper a los hijos de los dioses.

Según Lanz, esto llevó a que las mujeres rubias fueran atraídas ante todo por los “hombres oscuros”, algo que solo podía ser detenido por el “desmestizaje racial” por lo que los “humanos ario-cristianos” debían “una vez más gobernar a las bestias humanas de piel oscura” y, para finalmente alcanzar la “divinidad”.

La figura de Cristo-Frauja fascinaba a Liebenfels, quien veía en él un puro exponente ario. Interpretando fragmentos apócrifos llegó a afirmar que los poderes de los cuales estaba dotado provenían del “electrón divino”, una especie de fuerza electrocósmica que también será conocida como vril. El mensaje de salvación de Cristo lo interpretaba como un proyecto de purificación de la raza aria, que suponía la necesaria destrucción de un mundo corrupto para restaurar la Edad de Oro original. Por ello debía de realizarse un proceso de purificación y salvaguarda de la integridad racial de la raza aria, así como lanzar una grandiosa cruzada contra la amenaza y la expansión de las “razas demoníacas”.

Los recientes descubrimientos científicos como los rayos X, la radioactividad y las radioondas, llevaron a Lanz a elaborar una “teología científica” en la que incorporó el tema del “tercer ojo”, idea que tomó de un divulgador científico de la época llamado Bolsche. Para Lanz los arios primitivos poseían órganos sensoriales que les permitían emitir rayos N y recibir “señales eléctricas”, esto les permitía poseer poderes especiales de recepción y transmisión de señales eléctricas provenientes de los órganos situados en las glándulas pituitaria y pineal, que posteriormente se habrían atrofiado. Esta regresión o involución, como hemos dicho, se derivaba del mestizaje entre los hombres-dioses con los hombres-bestias.


“una regeneración físico-espiritual tendente a recuperar la naturaleza del ario, permitiría volver a disponer de la naturaleza física y los órganos electro-espirituales atrofiados en la glándula pineal y en la pituitaria”. Lans von Liebenfels

Los ariósofos entienden que el Reino de Cristo de los mil años del “Apocalipsis” de san Juan, hace referencia al tiempo que una nación, sabia y saludablemente gobernada, necesitaría para regenerar la raza.

OSTARA: LA REVISTA DE LA TEOZOOLOGÍA
Muchos de estos absurdos conceptos se divulgaban en una revista llamada “Ostara”, en donde en un lenguaje irreproducible, se hablaba de esterilización, deportación y exterminio de los individuos de raza inferior. Esta revista fue fundada en 1905 por Lanz y llevaba por título el nombre de la diosa germana de la Pascua de primavera. Los 101 números de la revista tuvieron una enorme difusión en los países de lengua alemana, alcanzando tiradas de más de 100.000 ejemplares.

Hitler fue un entusiasta lector de la revista. El mismo Liebenfels dice que el entonces futuro Führer, cuando vivía en Viena, se puso personalmente en contacto con él para conseguir algunos ejemplares que faltaban en su colección. Es muy probable que las lecturas de Ostara, contribuyeran a la formación racista-mística de Hitler.

En la publicación se hablaba de cuestiones religiosas y raciales, mezclando lo sexual con el ocultismo. En ella escribían diversos ocultistas e ideólogos que llamaban a la rebelión contra las “razas subhumanas” y en particular contra los judíos, quienes desde el poder financiero mundial, estarían extorsionando y esclavizando a Occidente y a la nación germana en particular. También serían enemigos de la raza el feminismo (Lanz sentía gran aversión por las mujeres), el socialismo y la democracia. La salvación se obtendría mediante el rescate de la antigua sabiduría aria que había sido difundida por antiquísimas civilizaciones como la Hiperbórea y la Atlántida.

Ostara ofrecía la esperanza de la redención si a cambio se realizaba una política de salvaguardia de la raza aria del resto de razas subhumanas. Este concepto constituiría años más tarde la base ideológica de la eugenesia nacionalsocialista. En uno de los artículos de la revista Liebenfelds escribía que:


“Los arios son la obra maestra de los dioses y están dotados de poderes sobrenaturales y paranormales, emanados de “centros de energía” y “órganos eléctricos” que les confieren supremacía absoluta sobre cualquier otra criatura”. Liebenfelds

En su teología astrológica Liebenfelds definió la historia de la humanidad como una “guerra entre razas”, cuyo final escatológico se reflejaba en sus horóscopos. Presagió una invasión de Europa por razas no arias que llevaría a una destrucción del sistema mundial. Fruto de esta confrontación habría una regeneración racial, a la que se guiría un nuevo milenio guiado por una especie de iglesia aria, en la que una élite iniciada en los secretos del “arrianismo” guiaría el destino del mundo.

Muchas personalidades de la teosofía colaboraron en la redacción de la revista entre ellos Guido List y miembros de su Sociedad. Uno de estos fue Harald Grävell van Jostenoode quien en el nº 2 de la revista revela sus inspiraciónes teosóficas. En su artículo expone las tesis de H.P. Blavatsky sobre las “razas matrices”. Esta teoría fue reconducida por Lanz hacia su particular visión sexo-racista: para Lanz la separación entre Teozoa y Antropozoa se habría producido al debutar en la "escena cosmogónica" la raza Atlante, la "cuarta raza matriz".

Por medio de hombres como Lanz o List, las ideas teosóficas impregnaron el movimiento völkisch alemán. La revista Ostara, facilitará durante más de dos décadas un material teórico a todas las ligas místico-völkisch de las cuales la Orden del Nuevo Temple y la Orden de los Germanos serán las más significativas.


LA ORDEN DEL NUEVO TEMPLE
La Orden del Nuevo Temple (ONT) fue fundada por Lanz von Liebenfelds el 25 de diciembre de 1907 aprovechando el solsticio de invierno. El acto simbólico que inició la fundación fue el enarbolar el estandarte de la orden, con una esvástica solar, en el castillo de Buró Werfenstein, un castillo en ruinas que la propia orden reconstruyó.

Entre sus objetivos estaba la promoción de la conciencia racial mediante investigaciones histórico-arqueológicas, estudios religiosos y el restablecimiento de los antiguos rituales botánicos. Se creó en el castillo un museo antropológico de la raza aria, que sería completado más tarde por la organización SS-Ahnenerbe. La creación de la orden permitiría, en opinión de Liebenfelds, recibir el Grial en custodia, emisor del “electrón de los dioses” y así ayudar a desarrollar y sostener las facultades superiores y trascendentes de los arios.

La O.N.T. estaba dividida en varios grados: presbítero, prior, cofrade y otros, que se diferenciaban por los símbolos cosidos en sus túnicas. A pesar de su naturaleza elitista, sus ideas estaban muy difundidas en Alemania y Austria, especialmente después de la elaboración cristiana teozoológica, en la cual el Grial fue asimilado al “elektrón”, el poder divino de los arios.

La sociedad Thule



En 1917 se crea en Alemania una nueva sociedad místico-ocultista-secreta denominada Sociedad Thule, como rama muniquesa de la Germanenorden, una sociedad secreta como “Orden de los teutones” (1912). Su fundador fue el barón Brudolf von Sebottendorf (1875-1945), un iniciado en los rituales esotéricos del Próximo Oriente. Ambas sectas se identificaban por la esvástica y el “armanismo”, pero ponían el origen de la raza aria en otro continente perdido, en este caso la nórdica Thule. Fue Brudolf quien ideó el escudo de la sociedad colocando la esvástica detrás de una reluciente espada, rodeada por hojas de roble en un resplandor solar.

El nombre de Thule viene en recuerdo del legendario reino Thule, que los geógrafos grecorromanos situaron en el más lejano norte. Ya Virgilio la nombra en su poema épico la Eneida y correspondería a la actual Escandinavia.

Sus miembros pensaban que en el desierto de Gobi había existido una avanzada civilización, destruida por una gran catástrofe. Parte de los habitantes de esta civilización habrían huído al norte de Europa, mientras que otros habrían emigrado hacia el Caucaso. Estos habitantes constituirían la raza primigenia de la humanidad y serían los primeros arios puros. Por ello se plantearon como principal objetivo de la sociedad retornar a los orígenes y realizar las correspondientes pesquisas para rehacer el tronco inicial ario de esta civilización.

La Sociedad Thule mantuvo estrechos lazos con seguidores de la teosofía y de Helena Blavatsky. Sus creencias los llevaron a contactar con colonias hindúes y círculos tibetianos que tenían una visión muy próxima a sus principios. Los temas antroposóficos también eran frecuentes, como expresa el lema Der Weg ist in Dir (“El camino está dentro de ti”). La autorrealización y la posición suprema de la persona humana eran esenciales para los thulistas.

Sebottendorff no fue sólo un ideólogo, sino que participó en operaciones militares contra los espartaquistas en Munich, tras el asesinato de Eisner, junto con el cabo Hitler. Sebottendorf y Eckhart, de la Sociedad Thule, fueron miembros fundadores del NSDAP, el partido nazi.

La idea de Hitler de fundar un imperio milenario, le fue inspirada por los miembros de la sociedad Thule. Esta se fue diversificando rápidamente en multitud de sectas secretas por toda Alemania, una de ellas fue la sociedad de las “Hermanas de la Luz”, llamada internamente Die Vril Chefin. Ambas sociedades se reunieron en 1919 en una mansión en Berteschagarden. En la reunión estuvieron el doctor Schuman, especialista en lo que hoy llamaríamos “Energías Alternativas” y la médium María Ostich. Fue María quien leyó e interpretó unos textos que había recibido de los espíritus en idioma sumerio y otro de la Orden de los Templarios, ambos naturalmente escritos y cifrados en un código secreto que solamente ella podía leer. 

Al parecer ambos textos eran mensajes de los dioses miembros de una civilización extraterrestre con la consigna de desarrollar una tecnología capaz de llegar a las estrellas. A partir de ese momento los esfuerzos de la Sociedad Vril se encaminaron en la consecución de la propulsión por levitación. A finales de 1934, habían construido una aeronave, la RFZ-II dotada de una “propulsión vril” con un sistema de dirección por impulsión magnética. Medía poco más de 5 m de diámetro, y posesía alguna de las características distintivas de los OVNIS. En el año 1939 finalizaron el proyecto de la nave circular RFZ-5, la primera nave espacial de 26 m de diámetro y 9 m de altura con el nombre de Haunebu-I.

Entre los miembros de la Sociedad Thule se encontraban varios miembros del gobierno nazi como Heinrich Himmler, Alfred Rosenberg, Rudolf Hess y Hermann Göring, teósofos ocultistas como Guido von List, Jörg Lanz von Liebenfels o Rudolf Steiner así como miembros de la Orden del Temple refundada (Herren von Schawarzem Stein).

Miembro arisosofista de la Thule fue Karl María Wiligut (1866-1946), llamado “el Rasputín de Himmler”. El fue quien diseñó el sello de la “SS calavera” e ideó un ritual y una disciplina cuasi-monástica, inspirado en las órdenes guerreras medievales y las leyendas del Grial y la Mesa redonda. Se encargó de orientar los estudios “históricos” de la SS, destinados a reescribir toda la historia conocida, a fraguar pruebas arqueológicas del “armanismo” y a probar la superioridad aria mediante la “ciencia racial”. Durante la Segunda Guerra Mundial Wiligutt tendrá una activa presencia en los campos de exterminio.

Se dice que Hitler no llegó a pertenecer a la Thule, pero es innegable que el espíritu de la misma inspiró y guió al partido nazi en su ideología y política. La mitología teosófica pretendía sustituir a la Biblia cristiana como fundamento de la nueva religión nazi. Rosenberg escribió: “Hoy nace una nueva religión “el mito de la raza”, la creencia de que la esencia divina debe ser defendida a través de la sangre”. Hitler llevó aún más lejos la idea de Rosenberg y escribió:

“Las antiguas creencias volverán a resurgir para ser respetadas de nuevo, el total conocimiento de la naturaleza secreta del bien y del mal eliminará el barniz cristiano y traerá una religión propia de nuestra raza”.A. Hitler. Mi lucha.


(Source: 05racismo.blogspot.com)
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